Las cartas son la mejor forma de recordar el amor que algún día sintieron por ti. Cuando la soledad reclama su puesto en el silencio de una fría noche, lo mejor es recordar todos aquellos bellos instantes que jamás volverán. Algún día nos reencontraremos, mis queridos compañeros de aventuras; algún día, cuando las inútiles palabras de arrepentimiento sean más que suficientes, y me permitan darles ese último abrazo que jamás pude dar, podré dejar atrás las largas noches de desvelo. Y, sin embargo, sé que jamás pasará...
Después de tantos años, aún me pregunto si todas esas palabras elegantes tuvieron alguna vez un verdadero carácter de amor. Aún me pregunto qué piensan de mi luego de tanto tiempo sin siquiera decir un hola. Aún guardo sus cartas. Aún guardo el recuerdo de amor que tengo de parte de ustedes. Aún guardo sus detalles, sus fotografías, sus miradas, sus pensamientos, su esencia... es verdaderamente lindo leer todo aquello y pensar que, en algún punto de nuestra historia, todo ello fue real.
Una mirada alegre esconde tras de sí todo el dolor y sufrimiento que alguna vez viví. No se existe en el pasado, pero es algo que jamás se podrá borrar.
En días como hoy, sólo puedo pensar en lo maravilloso que es mi vida a pesar de todo aquello que se vivió. Al menos sigo aquí, al menos puedo aportar a un mundo que jamás lo notará, y mucho menos lo agradecerá; pero no es cuestión de reconocimiento lo que se busca, es cuestión de felicidad.
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Divagaciones. Monólogo sin fin
RandomLa oscura y fría noche es el mejor momento para reflexionar acerca de nuestra diminuta existencia en este pañuelo llamado hogar. Las reflexiones nocturnas son el mejor reflejo de nuestros más tétricos pensamientos convertidos en pesadillas, tristeza...