Cortes accidentales y explicaciones.

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Esa siesta de media hora fue el mejor reanimante para el humor de nuestro chico de cabellos oscuros, pues descansó bien a pesar de haber sido por poco tiempo; este estaba abriendo sus ojos para acostumbrarse a la luz de la habitación, y cuando un pequeño grito seguido de un gran quejido retumbó en la habitación continua a la suya, se levantó alarmado, yendo en dirección hacia donde provenía aquella voz, ahora sin rastro de sueño en su ser y totalmente alerta.

No quería irrumpir dentro de la habitación sabiendo que Hongjoong se encontraba molesto por, probablemente, una razón que lleva el nombre y apellido del pelinegro. Sin embargo, su bebé parecía tener problemas, así que dejó de lado sus cuestionamientos y simplemente entró; ya después de eso el peligris podría pedirle de nuevo que saliera de allí si así lo quería. Giró la perilla y se adentró un poco a aquel estudio, encontrándose a un Hongjoong despeinado, luciendo un hoodie simple y un short deportivo; aquella imagen le habría hecho sonreír de no ser porque vio la mano derecha de su novio sangrando acompañado de una mueca ubicada en su rostro.

Seonghwa en ese momento cambió su expresión, abriendo los ojos con sorpresa y acercándose al hombre más bajo, horrorizado. Hongjoong entonces le explicó que estuvo usando un cutter para recortar unas cosas, y que su herida ocurrió cuando ya había terminado con todo; al parecer al momento de cerrarlo, la manera de sostener aquel objeto hizo que la lámina rozara agresivamente con parte de su palma, resultando en dos heridas hechas de forma paralela en la misma.

Seonghwa entonces asintió para después salir de manera parsimoniosa en busca de su botiquín de primeros auxilios para poder limpiar las heridas hechas por aquella herramienta; una vez que regresó al estudio, se aproximó hacia su novio de manera tranquila, se incó frente a él y sujetó la mano ajena desde el dorso para no hacerle daño, esto mientras le veía desde abajo con una mirada llena de ternura que intentaba tranquilizar al chico con la mano herida. Tomó los requerimientos necesarios para limpiar aquellos cortes y comenzó su trabajo. Sintió la curiosidad de preguntar qué es lo que estuvo cortando momentos atrás antes del accidente, así que, sin quitar la vista de las heridas, esperó a una respuesta por parte del sujeto enfrente suyo. Hongjoong se mantuvo titubeante pero sin emitir respuesta alguna durante los segundos o minutos que el curar su mano le llevó a su novio.

Una vez que terminó con su trabajo, Seonghwa le dedicó su completa atención al pequeño ente frente a él, todavía incado. El mencionado titubeó un poco más antes de soltar un suspiro, rindiéndose y contándole a su novio lo que este estuvo haciendo con aquella herramienta.

Hongjoong con motivo de su aniversario con el pelinegro había planeado regalarle un collage hecho por él, ya que pensó que de esa forma sería más íntimo y especial el obsequio.

Seonghwa al escuchar la mención de un collage hecho por las mismas manos de su novio se sorprendió, dedicándole ahora una mirada llena de genuina emoción y curiosidad. Definitivamente quería ver ese collage ahora.

Hongjoong se giró desde su silla para alcanzar una bolsa oscura que se encontraba recargada en una de las paredes de aquella habitación. Una vez que lo tuvo en sus manos, se lo entregó a Seonghwa, diciéndole que podía echarle un vistazo si le apetecía. El pelinegro no tardó ni dos segundos después de que su novio terminó aquella oración para deshacerse de aquella bolsa y así, por fin, ver el contenido de la misma.

Era un collage puesto dentro de un marco con muchas fotos de ambos en diferentes momentos de su vida; desde que comenzaron a ser novios, cuando recién se conocieron y salían como amigos, e inclusive una que otra de la niñez de ambos (quién sabe cómo Hongjoong consiguió dichas fotografías, dicho sea de paso). Todas fueron recortadas por los bordes hasta quedar básicamente las siluetas de los protagonistas de aquellas fotografías; fue entonces que el uso de ese cutter fue explicado.

A Seonghwa no le quedaba más que poner el recuadro a un lado para lanzarse a los brazos de su novio, y así llenarle la cara de besos. Hongjoong, que todavía seguía en aquella silla del estudio, se dedicó a recibir todos y cada uno de esos besos mientras soltaba pequeñas risillas motivadas por las cosquillas que aquellos toques le provocaban.

Una vez que el mayor se separó, le dedicó una mirada llena de cariño a su novio y le sonrió para después reincorporarse.

-Bebé, necesito ir a bañarme antes de que sea más tarde. ¿Te parece si, cuando salga, seguimos con la sesión de besitos y mimos?- Hongjoong le sonrió, asintiendo, pero tan pronto como vio la hora del reloj, su expresión cambió a una de sorpresa.
-Whoa, ¿tan tarde es?
-¿Qué hora creías que era?- Inquirió Seonghwa con gracia.
-Considerando que empecé con el collage apenas te fuiste, creí que no eran ni las 07:00p.m., aunque pensándolo bien, tuve que razonar que, puesto que ya habías llegado, eran más de las 10:00p.m.- Dijo Hongjoong, solamente para después maldecir. -¿Sabes? Yo también tenía planeado bañarme antes de que la noche llegara, pero creo que no será posible; es casi ya media noche.

Seonghwa meditó un poco la respuesta de su novio para poder solucionar esa cuestión. En otro día le cedería con gusto la bañera para que él lo hiciera primero, pero una mejor idea llegó a su cabeza.

-¿Qué tal si tomas un baño conmigo?

C.C. [Seongjoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora