Turnos dobles y horarios llenos.

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Seonghwa regresaba al departamento después de su primer turno en el trabajo; tendría que ducharse y cambiarse para luego trasladarse al local en donde se establecía una cafetería en la que él desempeñaba el empleo de mesero y, si los empleados en turno no eran suficientes, también de barista. Y no tenía intención alguna de demorarse ese día en particular, así que tomar una ducha rápida y comer ramen instantáneo para regresar al local lo más pronto posible parecía la idea más óptima en ese momento.

Sus planes se vieron arruinados una vez que notó la pequeña presencia en aquel sillón blanco ubicado en la sala de estar. Su novio, Hongjoong, se encontraba sentado sobre él con las piernas cruzadas mientras buscaba con ímpetu algo en su teléfono, pero al sentir al mayor detrás de él, detuvo toda acción que anteriormente estuviera realizando para saludarlo de manera alegre.

Después de un corto intercambio de palabras en donde Hongjoong le explicó que esa tarde le habían sido otorgadas dos horas libres antes de su horario de salida usual, decidió que pasar un rato con su novio ingiriendo comida hecha en casa y no el ramen instantáneo que planeaba hace unos minutos no sería tan malo. ¿Y la ducha? Podría tomar una cuando saliera de trabajar. Esas dos horas serían solo para ellos. Después de todo, Hongjoong era la razón por la que, en principio, quiso irse más temprano; para así poder verlo más tiempo cuando llegase.

Hicieron la comida para después tomar asiento en la mesa y compartir un poco de su día, así como un par de cosas banales. En algún momento hubo un silencio reinante en aquella mesa, pero ambos lo disfrutaban; el simple hecho de poder consumir una comida juntos mientras una que otra mirada acompañada de una sonrisa se cruzaba entre ellos era más que especial y suficiente para la pareja de jóvenes.

Eventualmente llegó el momento en el que Seonghwa tenía que regresar al trabajo, puesto que si no partía ahora, no llegaría a tiempo. Se levantó, recogió de la mesa los platos que habían ensuciado para llevarlos al fregadero y luego prosiguió a preparar lo que le faltaba; todo bajo la atenta mirada de su novio. Cuando terminó, su novio ya estaba de vuelta en el sillón donde le había encontrado al llegar, mientras este le dedicó una sonrisa algo desanimada; sabía a qué se debía, así que no pudo evitar sentir a su corazón estrujar por el rostro tan bonito de Hongjoong que ahora lucía tan cabizbajo. Se despidió con un beso en la frente, agradeciendo por la comida y diciendo que intentaría volver lo más pronto posible, prometiendo que lo llenaría de besos cuando llegara. El más bajo sonrió ante lo dicho y depositó un corto beso en los belfos ajenos, deseándole suerte en el trabajo. Una vez que Seonghwa había abandonado el departamento, el de baja estatura se permitió soltar un pequeño y cansado suspiro.

Las últimas semanas no habían sido malas en especial para la pareja; es solo que Seonghwa llegaba tarde de la cafetería y al entrar en la habitación, Hongjoong se encontraba durmiendo luego de un día pesado o, por el contrario, no llegaba a la misma en gran parte de la noche por estar en el estudio, ahogado en tareas pendientes, o aprovechar la misma para componer. Porque sí, el novio del pelinegro era compositor en sus ratos libres cuando no había proyectos por realizar, o temas nuevos de exámenes por estudiar.

La situación tenía triste al menor de ambos; echaba de menos ser recibido por la cálida sonrisa del más alto al llegar de la universidad y no por la soledad de aquel departamento que estos rentaban.

Realmente detestaba cuando a su novio le tocaba cubrir el segundo turno de la cafetería, porque el mismo llegaba tan agotado que lo único que quería era ir directamente a dormir, sus horarios no coincidían; eso y que tampoco podía pasar por él cuando sus clases finalizaban. Este último punto no le molestaba del todo puesto que no ocurre como algo habitual, pero debe admitir que salir de la facultad y encontrar a su novio esperando por él es un detalle que lo emociona como si fuera la primera vez que esto ocurre.

Pero ese último mes no bastó con el tonto segundo turno, ¡ahora trabajaba ambos turnos! ¡Diario! Eso en serio era molesto, ya que las energías de su novio eran prácticamente nulas, y era casi imposible verse; cuando Hongjoong llegaba de la universidad, Seonghwa iba de salida, si no es que ya había partido; y cuando Seonghwa llegaba a una hora decente, Hongjoong se encontraba en el estudio haciendo un sinfín de tareas. Sin embargo, cuando coincidían despiertos al momento de ir a dormir, Seonghwa siempre hacía tiempo para escuchar cómo su pareja contaba lo que este había hecho durante el día, lo cual Hongjoong agradecía mucho, pues sabía, en el fondo, lo cansado que estaba el pelinegro aunque este lo negase cada vez que se lo preguntase.

Seonghwa sabía que luego de ese día podría ver más tiempo a su bebé, por lo que haber doblado turno desde hace más de un mes para poder obtener algo de dinero extra habría valido totalmente la pena en cuanto viera la expresión de Hongjoong al saber que irían a pasar cuatro días a la ciudad natal del mencionado. Sería la primera vez que viajaban juntos a ese lugar, y también sería una oportunidad perfecta para visitar a los padres de su novio; Seonghwa sabía lo mucho que Hongjoong extrañaba a su familia, y lo mucho que le mortificaba no poder ir a visitarlos porque la universidad no le dejaba tiempo, además de no poder darse el lujo de gastar tanto dinero para el recorrido de ida y vuelta para solamente ir por un par de horas y después regresar lo antes posible.

Seonghwa sabía cuánto anhelaba su novio por poder pasar una tarde siquiera rodeado de la familia que le vio crecer y cuidó por tantos años, por lo que su regalo de aniversario serían un par de días al lado de ellos.

Estaba todo planeado: Tenía conocimiento de las asignaturas y trabajos de su novio, por lo que proyectos y tareas no serían un inconveniente ese fin de semana, ni los siguientes dos días ya que eran días feriados. Había planeado parte del viaje en conjunto con los padres del más bajo, los cuales propusieron más que contentos la idea de que ambos podrían quedarse con ellos durante su estadía. Seonghwa además de eso sugirió una visita con fines turísticos por la ciudad junto a los señores Kim; le apetecía recorrer un poco el área ya que Seonghwa nunca había ido a ese lugar en particular, ¿y qué mejor que hacerlo al lado de su pareja y los padres de este? Después de todo el punto del viaje era que el más bajo pudiera pasar tiempo con su familia.
Hongjoong quedaría fascinado con la idea, estaba seguro de ello.

Ensimismado por sus propios pensamientos no se percató cuando llegó a aquel establecimiento; entró más que listo y dispuesto para cubrir lo que serían sus últimas horas cubriendo un horario completo.

C.C. [Seongjoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora