Mi Novio es un Fantasma. {Louis Tomlinson}

#20.

#20: Lyttone.

Ese día, no se atrevió a mirar a sus padres a los ojos ni una sola vez. Louis se quedó en su cuarto todo el día. Después de algunos besos, se habían ido a la cama y se quedaron dormidos en la misma posición de siempre, Louis abrazándole la cintura y mezclando sus piernas con las de ella, acariciándole los muslos con el vello de los de él.

Al día siguiente, Clary despertó con un fuerte bostezo, sentada en la cama al lado de Louis, que se cubrió la cabeza con la almohada. El día estaba soleado y feliz al parecer, a Clary siempre le habían gustado ese tipo de días. Cálidos.

Clary se volvió a acostar después de bostezar, no para dormir pero sí para estirarse con pesadez. Abrazó a Louis y este le pasó los brazos por los hombros.

—Tengo una pesadez...—se quejó ella, bostezando de nuevo. Louis la asoció con un pequeño hámster. Después se acordó de que nunca había visto a un hámster bostezar.

—Tienes que ir a ver a Marina, así que levántate ya mismo, preciosa—le suspiró en el oído, haciendo que a Clary se le pusiera la piel de gallina. Louis murmuró algo incomprensible y le besó el cuello una vez, haciendo que Clary se pusiera nerviosa y se soltara de sus brazos.

—Voy... Voy a ir a bañarme—le dijo. Louis asintió divertido y Clary prácticamente salió corriendo al cuarto de baño, dejando su habitación con llave por si a su madre se le ocurría meterse a él y entonces encontrar a Louis despeinado y en su cama. Gran cosa que esta le diría si lo encontraba así.

Se metió al cuarto de baño y se quitó la ropa, no se miró a si misma en ningún momento. Lo que sí revisó mientras ponía el agua tibia, fue su hombro, que aún tenía los dientes de esa cosa grabados. La herida estaba desapareciendo, y ella agradeció por ello.

Entró a la ducha y se aseó, luego salió y se puso una toalla en la cabeza al igual que enrolló otra debajo de sus brazos, cubriendo sus pechos. Entonces miró a sus lados, buscando por su ropa.

—Maldita sea—susurró ella. Se había olvidado de la ropa en el cuarto, por salir corriendo como una idiota nerviosa, y no se iba a poner el pijama de nuevo porque, ¿Qué sentido tenía bañarse si después se pondría ropa sucia encima? Ninguno. Pero era eso, o ir a su cuarto y que Louis la viera así.

Prefería ponerse la ropa sucia y después cambiarse de nuevo.

Pero entonces, cuando estaba por ponerse la ropa interior, llamaron a la puerta.

— ¡Clary, abre!—gritó su papá desde afuera.

—Me estoy bañando, papá—le respondió.

—Tengo cinco minutos para llegar a la oficina y ya no escucho la ducha así que hazme el favor de cambiarte en tu cuarto, ¿Sí?

Clary suspiró, se puso las sandalias, tomó sus cosas y salió del baño, mientras su padre entraba corriendo y cerraba con un portazo. Clary suspiró de nuevo. Tal vez podría cambiarse en el cuarto de su madre. <<No>> pensó, <<Sé valiente y entra a ese cuarto de una vez por todas, que estás mojando todo el pasadizo. >>

Apretó sus puños y, con la llave que estaba en el bolsillo de los pantalones que tenía en las manos, abrió la puerta. Louis estaba en la cama, al parecer mirando un libro que descansaba en su regazo. Entonces levantó la mirada, se le abrieron los ojos bastante y casi se le desencaja la mandíbula.

Clary se aclaró la garganta y volvió a cerrar la puerta. Luego puso uno de sus brazos en la toalla, temiendo que se le cayera. Miró a Louis y cuando este se lamió los labios descaradamente, Clary fue corriendo hacia su ropero.