Fuerte, un lado de mí que nunca encontraste, porque sólo me ves cuando estoy indefensa y esta mal. Y odio que sea verdad porque solo me gusto cuando estoy contigo.
El profesor finaliza al escuchar el timbre, es la última clase del día. Guardo mis respectivas pertenencias teniendo precaución de meterlas en la mochila, salgo al pasillo sola debido a que Sebastian y Amanda tienen otras clases, estudian otra carrera diferente a la mía. Pero algunas las compartimos y es cuando nos vemos.
El celular vibra en mi bolso trasero del pantalón, lo saco viendo en la pantalla el nombre de mi mejor amigo.
¿A un no llega?
Apenas saldré.
Respondo y lo dejo en mi mano por si contesta, salgo al estacionamiento posicionándome a un lado de la puerta, sin bajar las escaleras y buscándolo con la mirada. Tomó asiento en una banca escuchando demasiadas voces y movimientos por parte de los estudiantes.
— Pensé que había llegado— volteo escuchando la voz del pelinegro. Me brinda una pequeña sonrisa pero a la vez en su mirada están esas palabras que sin necesidad de decirlas, las piensa.
Él no te merece.
— Tal vez haya tráfico, ya ves como se pone a esta hora— excuso suave jugueteando con mis dedos.
— Esperaremos contigo— la pelirroja sonríe dándole un codazo a nuestro amigo, cada uno se sienta a mi lado quedando yo en medio.
Sebastian coge mi mano izquierda y entrelaza nuestros dedos depositando un suave beso en mis nudillos sin apartar sus ojos de mí. Le sonrío besando su mejilla con cariño, a sido mi mejor amigo desde la secundaria y a pesar de que hemos tenido disgustos, siempre tratamos de conversarlo antes de que eso llegué a ocasionar que nuestra amistad se quiebre.
Muchas personas siempre han dudado de que nuestra amistad sea solo eso, ya que Sebastian es muy demostrativo conmigo en cualquier lugar, y yo al no poner alguna queja, malinterpretan lo nuestro.
La gente solo señala y habla sin saber que mi mejor amigo es gay abiertamente, salido del closet orgulloso y digno de ello.
Puede no parecer que le gusten los chicos por su físico, y es que, Sebastian tiene todo lo que a las chicas les puede encantar. Es un fuckboy en el esplendor de la palabra y cumple con todos los requisitos que lo acreditan de que lo sea. Tal vez si lo sea, pero él le tira al otro partido.
— Sigo pensando que es un imbécil— se encoge de hombros ante la penetrante mirada azulada de Amanda— la sinceridad es lo mío.
Un delgado brazo descansa en mis hombros.
— Si estas comprometida con él es porque te hace feliz y si es así, nosotros lo estamos igual.— Yo no— alude. Y Amanda lo reprende con la mirada, él le hace una mueca y se entretiene con mi mano.
Abro la boca para hablar pero las palabras se quedan en mi garganta viendo su Lexus azulado entrar al estacionamiento, algunas miradas se posan el vehículo y otra no, y es porque en este colegio solo vamos los hijos de personas con estatus económico alto.
Sonrío feliz dejando de lado una vez más las palabras de mi mejor amigo, sabiendo que se equivoca respecto a Bastien.
Se detiene justo enfrente de las escaleras y bajando la ventanilla, mira en nuestra dirección en completa seriedad. Con el dedo índice, desliza los lentes solares al inicio de la nariz, inclina un poco la cabeza revelando sus ojos y cómo éstos bajan a nuestras manos entrelazadas.
ESTÁS LEYENDO
Ezis© #1
ChickLitPentalogía "Inmarcesible" #1 Alyssa, sabía que él no la quería, pero aunque lo tenía presente; no dejaba de emocionarse cada vez que la miraba. Y tristemente, se enteró que el amor de su vida ya tenía al suyo; ella no lo era. - Es triste, ¿sabes? ...