Capítulo 3.

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Cuando ya no había moros en la costa, Derek salió de su escondite esperando que Stiles lo estuviera esperando afuera del baño, pero este no estaba por los alrededores, cosa que cobro sentido al considerar que apenas se acababan de conocer y que quizás los besos que compartieron no fueron más que un delis para el castaño, sin embargo algo en su interior se removió al negarse a creer eso, por lo que sencillamente se limitó a revisar la hora en su celular solo para darse cuenta que se estaba haciendo muy tarde y que la fiesta en el salón podrían estar acabando si es qué no acabo ya, por lo que regreso de inmediato para ver si aún quedaba alguien, aunque eso significara enfrentar a las harpías carroñeras que iban detrás de él.

Llegando al salón, Cora se estaba preparando para arrojar el ramo, por lo que todas las chicas solteras en el salón se volvieron locas por intentar atraparlo, lo que fue positivo para Derek, ya que de esta forma ninguna le prestó atención, sin embargo, hubo alguien que de ninguna manera ignoro su regreso y ese era Stiles, quien se encontraba solo sentado en una de las mesa comiendo pastel como si esperara encontrar el significado de la vida al fondo de su plato.

En el primer instante en que las miradas de ambos se volvieron a encontrar, sus labios formaron una enorme e irremediable sonrisa que ninguno de los dos fue capaz de esconder, en especial Derek, quien al ver la forma en que el castaño le sonreía le hizo darse cuenta que si se marcho fue porque tiene una responsabilidad que cumplir como el padrino, por lo que no podía desaparecer por mucho tiempo, así que sin demora, avanzo hacia él al mismo tiempo que Stiles se levantaba de su silla y rodeaba la mesa para caminar hacia él.

-oye, hola- ambos se saludan tras encontrarse nuevamente frente a frente, provocando que ambos se rían bobamente, -escucha, lamento no esperarte, pero...- Stiles se muestra cohibido mientras se disculpa.

-descuida, lo entiendo, todo paso muy rápido y ni siquiera me conoces- contesta Derek, anteponiéndose a lo que fuera a decir el castaño.

-claro que te conozco, es decir, Cora siempre habla de su maravillo hermano mayor y de cuanto deseaba que viniera para este día- explica Stiles a la vez que lo interrumpe colocando un dedo en sus labios, -pero tu no me conoces a mí y no sé si que impresión te habrás hecho de mi con lo que paso- añade con tono temeroso.

-pues eso tiene solución, solo dame la oportunidad conocerte- rebate Derek, sujetando las manos del castaño mientras lo deslumbra con su sonrisa.

El rostro de Stiles no puede ocultar la felicidad al oír como el pelinegro le pide una oportunidad para conocerlo, aunque también le aterra la idea de que acabe por desilusionarlo y que después no quiera saber nada de él, sin embargo, el ramo de la novia cae sorpresivamente entre sus manos, por lo que pierde la oportunidad de darle una respuesta a Derek se ve obligado a correr por su vida cuando vio venir una horda de mujeres desesperadas que querían quitarle el ramo, mientras que Derek no sabe si sorprenderse o echarse a reír por la ironía de la situación y lo gracioso que se ve el castaño corriendo por todo el salón intentando escapar de aquellas brujas que le robarían hasta el alma.

- ¿Derek, donde habías estado? - inquiere Talía, quien lo sorprende apareciendo por su espalda.

-mamá, pues yo... estaba en el baño y...- explica Derek en tono nervioso por la imponente presencia de su madre, aunque lo que dijo era medianamente cierto.

-espero que sea cierto y no fuera que estabas haciendo travesuras con una chica- bromea su madre, aunque si era broma o no era dudoso ya que estaba de pie cruzándose de brazos y arqueando una ceja.

- ¡mamá por favor! - exclama Derek mientras coge una copa de champagne a uno de los camareros que paso a su lado, - ¿Cuándo me has visto hacer eso antes? - cuestiona incómodo por tener que hablar de esos temas con su madre.

El Hermano de la NoviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora