Mark^

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Jaemin comenzó a contar mientras tapaba sus ojos con su brazo que estaba apoyado en la pared. A pesar de que ya no seamos unos niños aún nos gusta jugar a las escondidas en la casa de Nana. Fui a la cocina pero no encontré ningún lugar nuevo para esconderme, caminé silenciosamente hasta el baño y tampoco encontré un buen lugar.

-Vamos ___, queda poco tiempo- me dije a mi misma subiendo por las escaleras y seguí hasta la pieza de Jae -¿de bajo de la cama?- pensé -no, ¿detrás de la puerta? no, mal escondite- puse mis manos en mi cadera mientras observaba el lugar -ya sé- me dirigí al armario y al abrirlo me encontré con Mark.

-Pensé que eras Nana- susurró -Rápido, busca otro escondite-.

-¡Cien, ya salí!- se escuchó en el primer piso.

-Demasiado tarde- dije mientras me metía con gran velocidad y cerré las puertas evitando hacer el más mínimo ruido. por suerte el lugar tiene suficiente espacio para dos personas y no está totalmente oscuro por la delgada linea de luz que entra por el borde de las dos puertas.

-¿Ya subió?- murmuró mi compañero de escondite.

-No sé, no se escucha nada- dije bajo.

-Espero que no estén sus calzoncillos aquí-.

-Silencio- tapé su boca, escuché algo.

Unos pasos se acercaron al cuarto pero continuaron hacia otra parte. -Te encontré- se escuchó la voz de nana y las risas de Jeno. Salí silenciosamente del armario para escapar, miré al borde de la puerta entreabierta de la habitación, al asomarme los veo en el cuarto de al frente en un acto romántico, Jaemin muy risueño tocaba el pecho de Jeno mientras él acariciaba su mejilla olvidándose del juego que tenemos que terminar. Hace poco comenzaron a salir, así que no me sorprende que estén en la parte más apasionada de su relación. Retrocedí para volver al armario y cerré las puertas.

-¿Qué pasó?- me preguntó Mark confundido por mi reacción.

-Creo que el juego se pausará por un momento-.

-¿Por qué lo dices?-.

-Digamos que los vi haciéndose cariño-.

-¿Qué estaban haciendo?- su voz curiosa tenía un tono que me hizo entender en lo inapropiado que estaba pensado.

-No es eso, sólo hicieron esto-.

Toqué la mejilla de Mark y la bajé recorriendo su cuello hasta llegar a su pecho intentando de replicar lo visto, siguió mi mano con sus ojos y una sonrisa pequeña salió de él al dirigirme su mirada, al darme cuenta de lo que hice me puse un tanto nerviosa por el ambiente que se creó.

-¿Qué sucede?- dijo.

-Nada- mi voz cortante hizo notar lo tímida que estaba.

Se acercó a mi cuerpo haciendo notar aún más nuestras diferencias de estaturas, no lo voy a negar, estar cerca de Mark en un cuarto oscuro y sentir su calor corporal hizo que mis hormonas se revolucionaran haciéndome sentir un cosquilleo placentero. Sin decir nada más, me tomó de la cintura suavemente y me acercó brusco hacia su cuerpo, me sujeté entre sus brazos y hombros, me besó la frente, luego la nariz, luego un leve roce en los labios, pude sentir como crecía algo entre medio de nuestros cuerpos, me hizo sentir una excitación que me provocó soltar un bajo gemido, tal acto hizo que Mark bajara sus manos y apretara firmemente lo que más le gustaba tocar, continuó dándome besos cortos en el cuello a lo que tuve que pararme de puntitas para acomodar nuestra posición, era increíble pero sabía que podía ser mejor, bajé lentamente una mano deslizándola por su firme torso hasta llegar a su parte más débil, los movimientos de mi mano hicieron que su respiración sea pesada y jadeante, comenzó a comerme el cuello y succionarlo, pasaba la punta de su lengua en las partes más sensible de mi cuello, el contacto y su respiración caliente me hicieron formar un sentimiento de satisfacción que sólo él me podía provocar, duró unos pocos minutos ya que habló.

-Creo que deberíamos salir-.

-Tienes razón-.

Abrimos las puertas y salimos, dándonos una mirada de que lo que pasó lo guardaremos en secreto.

~Your Moment~ NCT y tú - one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora