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Si te gusta leer historias cortas que lleguen al punto de inmediato esto es lo tuyo.
Momentos, situaciones o historias cortas románticas y algunas un poco más atrevidas, que tú tendrás con los chicos de nct.
Quizás haré historias d...
El ruido de la fiesta se escuchaba en toda la cuadra, no es mucho del gusto de Yuta ir a este tipos de eventos aún así de vez en cuando asiste solo, en busca de conveniencias. Hay muchas chicas coqueteándole a lo lejos, es algo que sucede a menudo por su atractivo y aspecto rudo, pero no le interesan en la mayoría de las propuestas.
El movimiento torpe y dificultoso de ___ llamó su atención, -¿por qué está aquí?- se preguntó, no es una chica de fiestas y lugares peligrosos lleno de drogas y hombres en busca de sexo. Ella caminó tambaleante hacia la salida, Yuta nunca la perdió de vista. Se detestaban mutuamente ya que sus formas de vida eran opuestas, tenían una relación de repulsión, a pesar de eso, se preocupó por ella, la siguió porque sabía que algo perjudicial podría pasarle en ese estado.
-¿Qué haces aquí?- dijo firme atrás de ella.
La chica se dio media vuelta por su llamado haciendo que se mareara, a lo que Yuta tuvo que afirmarla de sus hombros.
-¿Qué haces tú aquí?- apuntó con su dedo índice de forma imprecisa hacia su pecho, su voz era vaga y poco modulada, y un fuerte olor a alcohol sintió Yuta en su aliento.
-Ve a casa- le exigió.
-Mi casa es tu casa, visítame cuando quieras- no faltó su amistosa sonrisa. El estado de ___ era mucho peor de lo que él creía.
-Dame tu dirección para ir a dejarte-.
-¿Mi casa? mi dirección es calle falsa 1 2 3 punto cl- una carcajada divertida salió de ella -es broma, no te lo creas- el semblante de Yuta seguía estando serio, nunca tubo que lidiar tanto con una persona borracha -¿porqué le daría mi dirección a un desconocido?- ella acercó su mirada con los ojos entrecerrados para intentar tener mejor visión -¿nos conocemos?- al parecer perdió la conciencia por pasarse con las bebidas.
-Nos conocemos y te voy a ir a dejar- sentenció.
-Haré que te creo y que nos conocemos- dio una pequeña risa -¿Te cuento un secreto?- esperó una respuesta de parte de su acompañante, que no accedió a responder -No me acuerdo de mi dirección- dijo bajo sin evitar reírse.
Un suspiro salió de Yuta por el problema que se encontró, no tuvo otra solución que cuidar de ella hasta que recupere la cordura. La llevó a su pequeño departamento, no pensó que pasaría la noche con una responsabilidad, la acostó en su cama y se quedó dormida en un minuto, él se acostó a dormir con una manta en un sofá un poco deteriorado que estaba en la misma habitación.
~
Desperté con un leve dolor de cabeza, que me dejó de importar por ponerle atención al extraño lugar. Mi fuerte inhalación por el susto despertó al chico que me acompañaba.
-Despertaste- Era Yuta acostado en un sifá, odio ese chico.
-¿Qué hago aquí?- dije preocupada, no entendía porqué estaba en un cuarto con él.
-Estabas en una fiesta, perdiste la conciencia y no pudiste darme tu dirección así que tuve que traerte a dormir-.
Un suspiro salió de mi -Yuta, no te metas en mis asuntos- dije de mala manera levantándome para dirigirme a la puerta y volver a mi casa.
-¿A donde vas?-.
-A cualquier lado lejos de ti-.
-Son las 4 de la mañana, no vas a conseguir ni un taxi-.
Iba a tomar la perilla pero me detuve, tenía razón, no había un modo seguro de volver a casa a estas horas. Sólo me quedaba pedirle ayuda.
-Yuta ¿me llevarías a mi casa? por favor- dije apenada casi suplicando.
-No- se acomodó en el sofá para volver a dormir.
-¡¿Qué?! pero, necesito volver a mi casa, mis padres se preocuparan-.
-Debiste pensar eso antes de tomar tanto- se rió bajo y burlón.
Furiosa me acerqué a él -me vas a ir a dejar ahora- tomé su manta y lo destapé hasta sus piernas -si no lo haces...-
Se levantó brusco -Entonces qué- su erguida posición y su mirada amenazante hizo sentirme pequeña e indefensa al frente de él.
Tomé su muñeca para empujarlo hacia la puerta, y con sólo un movimiento contrario logró zafarse y agarra la mía, al intentar soltar su agarre con mi mano libre volvió a tomarme, obteniendo el control de mis dos brazos.
-Eres muy inquieta- dijo con autoridad.
-Ya suéltame- intenté ser amenazante, inútilmente.
-¿o sino qué?-.
Los reflejos de Yuta tomaron acción al ver como mi pierna iba en dirección de su parte baja bloqueando mi movimiento con la suya, empujándome en contra de la pared, que me provocó soltar un quejido, sin liberar mis muñecas me quitó completamente mi movilidad.
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Por alguna razón el atractivo de Yuta se destacó, experimenté una sensación de no querer irme y provocarlo. Lo único que me permitía mi movilidad fue acercar mi nariz a milímetros de la suya.
-Así que quieres jugar- dijo dándome una sonrisa lujuriosa.
No se retractó y accedió a besarme ardientemente, comenzando lentamente para después acelerarlo, sus mordidas en mi labio inferior formaron gemidos de mi parte que él disfrutaba, lo hacía un poco más fuerte cada vez, se separó de mi y se lamió sus húmedos labios, dándome una increíble vista, juntó mis muñecas en forma cruzada encima de mi cabeza para sujetarme firmemente con una mano y con la otra bajarla siguiendo mi figura hasta llegar y subir mi pierna hasta su cadera para acariciarla desde mi glúteo hasta la rodilla, dándome un excitante cosquilleo, siendo el único movimiento suave que hizo, me tenía totalmente bajo su poder, impaciente, Yuta recogió mi otra pierna levantándome del suelo, con mis brazos ya libres me sujeté de sus descubiertos hombros, sus besos bajaron hasta mi cuello, estaba agitado por la excitación, me acostó en su cama sin perder nuestra posición, Yuta me dio una mirada sexy y luego se quitó su playera dejándola tirada en el piso mostrándome su trabajado abdomen, su cadera se ajustó a la mía y con su duro bulto hizo movimientos oscilantes, el frote levantó un poco mi blusa haciendo que nuestra piel estén en contacto que me llevó a otro mundo. Fue el comienzo de la mejor parte.
