5

310 42 6
                                    

Sábado.

Abrí mis ojos cansado junto a un largo bostezo. Dentro de la carpa podía apreciar el sonido de algunos animales, dándome a entender que era bastante temprano. Estire mis brazos y piernas para relajarme aún más. El día anterior a nuestra llegada todo tomó un giro de tensión gracias a mi culpa.

🍀

El olor a madera quemada era de esperarse, y el silencio se mantenía a tal punto de que mis nervios estaban a flor de piel. Ninguno fue lo suficientemente valiente para pronunciar alguna palabra, logrando que la tensión aumentara. Miré los ojos amatistas que me calaban con una frialdad sorprendente, ¿tanto te vas a enojar? Si solo es agua…

-Vegetta, tranquilo –Willy pronunció en voz baja, el mencionado le hacía caso omiso a sus palabras. Una figura se interpuso entre nosotros, al reconocerla, inmediatamente me escondí detrás de su espalda. Lolito no tardó en hacerle frente, capaz presentía que iba a lidiar un gran golpe de parte del pelinegro, o al menos eso creía yo.

-Contrólate, ha sido sin querer –le escuche decir.

-Lo siento, Vegetta –mi voz sonó temblorosa y mi omega insistía en huir de esta situación.

-Entiendo que haya sido un accidente –me paralicé –no pasa nada, te disculpo –el cuerpo de Lolo se corrió, exhibiéndome al frente de este que ahora me miraba sin expresión alguna, lo que llamó poderosamente mi atención.

-Bueno, asunto aclarado ¿no? –Luzu aplaudió –Vege cámbiate así estas más cómodo.

-Vale.

🍀

Una sonrisa se escapó de mis labios, es una persona bastante integrante. El resto del día nos conocimos un poco más entre todos, aunque Vegetta me ignoraba en todo momento, ni siquiera volvimos a cruzar palabra desde aquel accidente, algo que me molestaba porque realmente quería arreglar las cosas. Al menos aclarar los malentendidos y comenzar de nuevo. Pero todos mis intentos de entablar una conversación, él las esquivaba como podía.

Solté un suspiro poco audible para no despertar a mis compañeros de carpa. Tomé el celular y me fijé en la hora, me sorprendió que sean las ocho, nunca me despierto tan temprano, aunque esta vez es una ocasión especial, no estoy en casa y eso no me deja dormir con tranquilidad.

Me siento incómodo, será mejor que me levante para ir al baño. “No despiertes a los demás” mi omega se escuchaba adormilado, al parecer también se mantenía cansado. Casi nunca hablaba conmigo pero últimamente está bastante conversador.

Salí como pude de la carpa sin pisar ni joder a ninguno de los demás omegas y al único beta que se abrazaban entre sí. Auron tenía a Mangel entre sus brazos manteniendo la boca abierta, Willy abrazaba a Alex con una enorme sonrisa y este último tenía una cara de cabreo bastante graciosa. Antes de terminar salir, saqué mi celular para poder tomarles una foto y mostrárselas después cuando regresemos a casa.

Cuando pise tierra, noté las enormes nubes grises que cubrían el cielo, al parecer se aproximaba una tormenta que ni siquiera había sido pronosticada, lo que nos dejaba sin la posibilidad de meternos al río, ya que sería muy peligroso. Miré alrededor y me encontré con la carpa donde dormían todos los alfas, se encontraba vacía y eso me sorprendió. ¿A dónde se habrán ido?

Mientras pensaba en lo que podrían estar haciendo, me acerqué a una de las cajas que contenían nuestra comida, saque varios huevos, harina, azúcar y leche. No sabía cocinar muy bien, pero los waffles son las pocas cosas que puedo brindar con buen sabor asegurado. Prepare bien la mezcla y prendí la fogata con facilidad, tratando de no hacer tanto ruido mientras que comenzaba a cocinar aquello sobre una sartén que habíamos traído. Al parecer, Luzu se había tomado la molestia de traer todos esos artículos, nunca pensé en una posibilidad así, a lo que me asombró su preocupación por esas cosas.

Prístino✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora