𝗟𝗲𝘁'𝘀 𝗳𝗮𝗹𝗹 𝗶𝗻 𝗹𝗼𝘃𝗲 𝗳𝗼𝗿 𝘁𝗵𝗲 𝗻𝗶𝗴𝗵𝘁

25. Lágrimas

*Flashback*

*Esto fue antes de lo del campo*

*Agradecimiento al final, si no leen me enojaré AHR*

*Perdón por actualizarles hasta ahora, me quede sin luz ahre*

☁︎︎Narra Liam

Mi celular vibraba sin parar, intenté ignorarlo pero me fue imposible, termine por tomar ciegamente el celular y contestar.

—Bueno...

Dije lo más despierto que pude.

—Hola—la voz hizo que en un segundo ya estuviera recto en mi cama, el sueño se había esfumado por completo.

Mi corazón empezó a doler.

¿Él?

—¿Qué quieres?

—Vengo de un bar, mi llanta se poncho, llame a una grúa y nunca respondieron, ¿puedes pasar por mi?.

Cuando piensas que superaste a una persona y después te llega un mensaje o te entra una llamada y tu corazón se acelera y segundos después se aprieta empezando a darte punzadas, sabes que estás en una situación de mierda.

—Mándame la ubicación—dije y colgué.

Conocía cada fase de él y sabía que no estaba del todo sobrio así que no podía dejarlo ahí, solo, a las 2:00 am.

Me levante a pasos arrepentidos y me cambie, tomé unos joggers y un buzo, cepille mis dientes y salí de ahí.

Llegue al auto y me subí, empezando a conducir, siguiendo el mapa.

Las calles estaban desiertas, las luces iluminaban la carretera, y de pronto un sentimiento de tristeza me invadió.

Cuando llegue a la orilla del camino vi a Mike parado a un lado de su carro.

Rápido apretó un botón, cerrando el auto y se subió al mío.

—Gracias—dijo sonriendo.

No conteste solo me dedique a conducir.

Me odiaba por que cuando lo tenía cerca, así de tranquilo mis nervios florecían, y odiaba que supiera lo que causaba en mi, aunque no fuera nada bonito ni romántico.

—Perdón, por haberte despertado—la voz grave de Mike invadió el silencio sepulcral.

Mi corazón ya se había acelerado de una horrible manera.

Solo asentí en respuesta.

—¿Podemos hablar?—pregunto en un susurro, mientras miraba al frente.

—No se de que quieres hablar—dije sin quitar la vista del camino.

Sentía que el nudo en mi garganta se hacía cada vez más grande en cada palabra que salía de su boca.

—Recuerdas el primer beso—dijo Mike, sonriendo.

Otra punzada me atravesó.