Capítulo 3

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A la mañana siguiente la Enfermera me despertó para poder revisarme la presión arterial. No me agradaba eso sin duda, mientras ella se iba por mi desayuno, saque mi celular de la almohada y revise las notificaciones, al ver su nombre me hizo sentir la chica más especial del planeta y el mensaje decía lo siguiente.

Querida ___, lamentó que estés en el hospital de nuevo. A falta de que no tienes novio iré a cuidarte, te quiere Freddy.

Necesitaba un espejo para poder ver mi cara llena de felicidad y a falta de eso prendí mi cámara frontal, sin duda sonreía como una idiota.

Después de un rato de releer el mensaje una y otra vez, escuche que la enfermera venía con un carrito supongo ha de sér de medicinas y algunos alimentos.

Me vuelvo a esconder el celular y fingo jugar con mi cabello, aunque de alguna manera se que ella se dará cuenta de que no lo hacía.

Mientras lo hago recuerdo que no he contestado el mensaje espero que cuando se vaya está enfermera pueda mandarlo.

-Niña es necesario que tomes tu medicamento.

-Si lo haré.

-Ten toma dos de estas pastillas rojas primero, después la verde y por último la blanca.

-Claro.

Me parecía un poco dulce mi enfermera ya que me recordaba a las abuelitas cuidando de uno, pero en fin ella era de estatura mediana un poco robusta, edad media quizás unos 40 años, cabello castaño corto y no olvido sus lentes de santa.

Mientras tomaba mi medicamento entró mamá junto con Miguel, la enfermera la detuvo antes de que me abrazara según ella las emociones afectarían mi ritmo cardíaco, oh pensando, diablos no me había dado cuenta que ya se había alterado con tan solo leer el mensaje, mm ahora entiendo por qué no me dejaban tener el celular conmigo.

La enfermera dejo a mamá y a mi hermano pasar, era tan extraño ser la hermana mayor, nunca en mi vida lo hubiera pedido pero así el destino lo quiso, me enorgullece ser el fruto del amor de mis padres.

-¿Que me dices ahora?-Preguntaba mamá.

-Nada supongo, ¿y a que te refieres?

-Um tu díme.

-No lo sé.

-Entonces díme ¿quieres ver a Freddy?.

-¿Está aquí?.

-Si.

-¿Puedo?

-Claro.

Aguarde un momento y vi que entraba Freddy muy sonriente en compañía de su mamá, realmente me agradaba verlos a ambos. Todos salieron y nos dejaron solos en la habitación para que pudiéramos conversar.

-Dime ¿que piensas?.

-No lo sé, solo quiero salir de aquí.

-Aww no te preocupes estaremos divirtiendonos.

-¿Y como?.

-Ya verá mientras voy a pensar.

Mientras pensaba Freddy, andaba hojeando el libro de Miguel y me hizo pensar que En ocasiones, las frases de los libros hablan más sobre nuestras vidas que sobre la vida de los personajes, supongo ha de ser el pacto escritor y receptor en el cual nosotros aceptamos como realidad lo que se encuentra plasmado ahí.

En fin después de divagarme un rato me dijo Freddy que iría a ver si nos daban permiso para poder ver a los niños y hacerlos pasar un buen rato, en fin el salió de la habitación y fue en busca de información acerca de la visita con los niños.

Ángel Navideño | Bryan Mouque | CD9Donde viven las historias. Descúbrelo ahora