Capítulo 2

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Me subí al automóvil y me dirigí al centro comercial lo más lento que pude, quería aclarar mi estúpida mente, sin duda no era mi mejor racha pero definitivamente no quería arruinar esto, aveces el amor fantasía era mejor que la realidad, y simplemente que reciba a cambio de vivir uno real, supongo serían los grandes recuerdos, pero eso si sufriría con cada uno de ellos y llenaría mi vida llena de tristeza por eso.

Al llegar al centro comercial, me senté en una banca y sólo observaba a la gente pasar, no entiendo en verdad como es que las personas se enamoran. Creo es un contrato algo con un gran capricho por no querer permanecer un momento más solo, sin duda espero y sepa esperar no me importará si es hasta el fin del mundo.

A lo lejos puede divisar a Jos y se sentó a mi lado y dijo, -Vamos-indicó con su mano a la derecha.

-Está bien-Le exclamé.

Camine decidida a saber cual era dicha situación que lo tenía tan inquieto y que por que no me decía claramente que Carajos le pasaba, definitivamente no necesitaba que me explicará con palitos y bolitas que algo andaba mal, me mataba la duda por dentro.

-¿Que sucede? -Pregunte angustiada.

-No es nada malo, tranquila.

Mientras seguía caminando al Starbucks con él, venía distraída un tanto por lo que me revoloteaba por la cabeza y sentía un gran nudo en el estómago, creo la ansiedad acabaría conmigo acompañada de un Ataque al corazón, mientras pasaba eso en mi pequeño mundo, donde yo solo caminaba a lado de un chico lindo. Sentí un leve choque y a un tipo diciéndome -Discúlpame.

-¿Ah?- Fue mi tonta exclamación.

Solo mire que era lindo y amable cosa que no se ve todos los días y pues Jos solo escuche que le dijo.

-¡cuidado!

En fin de cuentas el chico tenía cabello castaño, era alto, vi que tenía una linda mirada.

Solo fue lo poco que vi de él, me di lastima no haber dicho algo más pero pues así ocurre en la vida y si es que volviera a toparme con esa persona sin duda aprovecharía esa segunda oportunidad que me dio la vida.

Continuó caminando, llegamos a él Starbucks, entramos y nos sentamos. El pidió por ambos un café americano. Supongo porque hacía un poco de frío, pero demonios yo ya le había dicho que el café americano no me gustaba tanto ya que creo era lo bastante amargo para mi. Por supuesto yo amaba lo dulce.

-Dime lo que querías hablar.

-Pues me gusta alguien.

-¿Y se puede saber?

-Si, para eso necesito tu ayuda.

-Um está bien.

-Gracias _____ te adoro.

-Bien, ¿Que sucede?.

-Pues quería que me ayudes a decirle.

-Claro solo dile como tu sabes.

-¿Cómo?.

-Con una canción, supongo que a ella le gustan.

-Por supuesto. Sabía que tu sabrías que decír.

-Pueden ir a un lugar especial y al final se lo pides.

-Tienes razón.

-Gracias. Lo siento si es muy cliché.

-No importa, solo espero que funcione.

-Suerte.

-Mañana mismo lo haré.

-Grandioso.

- ¿y como vas con el amor___?.

-¿Yo?.

-Si tu, díme ¿hay alguien especial?.

-No lo creó.

-Pues supongo que un día de estos llegará y será en un lugar donde no lo esperes.

-Pues con suerte me atropellara.

-Jaja que cosas dices.

-Un atropello de chocar contra la persona, no con el automóvil.

-Pues a lo mejor.

-Sabes que tengo que irme, mamá se volverá histérica si no voy.

-¿Quieres que te lleve?.

-Gracias pero traje el automóvil.

-Pues suerte en tu viaje a casa, te cuidas nos vemos pronto y te contaré lo que me pase.

-Ah si adiós.

-Hasta Luego.

Me fui caminando directo a otra tienda y me quede a ver algunos juguetes y pasarme cerca de la dulceria, simplemente estába necesitada quizás un poco de amor y eso me dolía un poco en mi alma y tenía sin duda un vacío en el cuerpo, mientras veía los dulces y algunos arreglos navideños, vi al chico con el que choque, quizás lo del atropello de la persona si tenia que ver un poco, tenía ganas de acercarme pero, que pensaría de mi, seguro dirá que soy una loca y ni pensarlo, será mejor que lo olvide, es solo un amor pasajero. Si eso ha de ser, compre los dulces y me aleje de ahí, camine a él estacionamiento, subí al automóvil,  sólo deseaba llegar a casa, maneje camino a casa, cuando por fin llegué. Subí a mi recamara a dormir ya era noche, lo último que hice fue colocarme los audífonos y sumergirme en los dulces arrullos de la música.

Mientras dormía plácidamente en mi casa, me vino un tonto ataque de esos que ya no me habían dado, entonces fui directo a dar al Hospital, oh si de nuevo a ese horrendo lugar pero en fin, ya sabía que tardaría de salir de ahí de nuevo ya que mamá había pedido tanto estudio posible existe así que ni ilusiones me hacía, solo antes de salir de mi casa tome el celular y al llegar al hospital, le mande un mensaje a Freddy, um fue el primer al que pensé, supongo que se pasaría con su mamá en estos días mientras venían a sus terapias con los niños.

Hola soy yo de nuevo, solo quería decirte que estoy de nuevo en el Hospital, ya sabes el mismo de siempre, mismo piso diferente habitación.
Saludos.

Que tontería había escrito pensé, el debió de haberme ya puesto algo, ah que tonta soy, eran las 3:45 de la madrugada y era imposible que supiera que me iba a dar algún ataque para terminar en este lugar, en fin, enredaba un cable que tenía a mi lado, y la Doctora me sonreía, incluso me dijo. -Deja ese celular en paz, tu novio ha de estar durmiendo.

-No tengo novio.

-Um que mal, lo siento, pero creo deberías de tener uno, te haría bien.

-Gracias lo considere.

-Si, mientras descansa.

-Gracias.

-Si, bueno es hora que duermas.

-Ok, lo haré, hasta luego.

-Si hasta luego, mañana vendre  a verte.

Me quedé en cama y espere hasta que diera muestras de vida Freddy.

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Ángel Navideño | Bryan Mouque | CD9Donde viven las historias. Descúbrelo ahora