Me gustas, cadete.

9. Diciembre.

Eren y Jean aún caminan alejándose de sus mayores. El bicolor jala al castaño y éste le ve muy enojado pero sin decirle una palabra. El otro, por su parte, sigue su camino sin voltear hacia Eren.

Después de caminar varios segundos y estar lo suficientemente alejados de aquellos Eren se suelta del agarre y entonces por fin Jean le mira.

—¡Tonto! ¡Se suponía que me ayudarías! —grita el castaño.

—Eso hice.

—¡No es cierto! ¡Mira el lío en que nos metiste!

—Tú me metiste al lío desde el principio, Eren.

—¡No tenías que ayudarme si no querías! —se voltea y agacha la cabeza, mirando sus pies—... Además, no imagino cuán enojado está el sargento.

—... Eren, basta con eso. Él no hará nada que te afecte. Tenlo por seguro.

—Pero a ti sí. "Tenlo por seguro", Jean.

Pasan unos segundos en silencio, en donde Eren sin darse la vuelta ve a Jean directo a los ojos.

—Ese... era el punto.

—¿Qué dices?

—Piensa. El sargento ahora me pondrá más atención a mi mientras estamos juntos.

Jean comienza a caminar de nuevo.

—Espera... entonces, ¿dices que quieres con el sargento? —pregunta siguiéndole.

—No, estúpido. Quiero contigo —responde sin siquiera voltear a verle, caminando como si hubiese dicho algo completamente normal. Pero si el castaño viera su cara se daría cuenta del sonrojo que disimula.

~

Narra Eren.

Jean acaba de admitir que quiere... ¿Algo? Conmigo. ¿"No, estúpido. Quiero contigo"? Vaya manera de declararse. Maldita yegua.

El caballo se va corriendo después de decir eso y yo me voy a limpiar mi "habitación".

Ahí dentro el polvo no deja de salir, además de que hay uno que otro pañuelo o prenda de ropa tirados, pero nada que me tome mucho tiempo recoger.

Comienzo con la escoba, pasándola de lado a lado por todo el suelo y dejando la suciedad en en el recogedor. Después tomo un trapo húmedo y lo paso por los únicos dos muebles que tengo y también por la cabecera de mi cama.

—Eren.

—¡AAHHH! ¡¿Qué!? —¡mierda!... ¿desde cuándo tengo tantas visitas aquí abajo? Volteo y me encuentro con la mirada del comandante Erwin quién esta sonriendo.

—Jaja, lo siento. No quería asustarte... En fin, iré al grano. ¿Recuerdas que dije que logré sacarte del castillo por un día?

—Ehh... Sí.

—Pues vengo a decirte que será este Jueves. Jueves 25 de Diciembre.

... Wow... Ni siquiera sé que pensar. Digo, ese no es cualquier día, es Navidad. Y Navidad en los muros es algo que no se ignora por nada del mundo. Pero a pesar de eso yo ya lo había olvidado. Sabía que es Diciembre, pero ignoré por completo que es el mes de la Navidad y Año Nuevo.

Suspiro y retengo el aire sacándolo poco a poco. El comandante parece feliz, pensando que me acaba de ver besando a Jean. Aunque me esperaba que no se deprimiría ni nada parecido. No por Jean. O tal vez planea algo, el comandante Smith es muy precavido y listo. Supongo que se portaría igual para conseguir pareja.

Bueno, ese no es el caso aquí... ¡Saldré del castillo! Y aún mejor, ¡en Navidad!

—¡Genial! ¡Muchas gracias! —Agradezco aún mirándole a los ojos, muy emocionado. Él se da cuenta y cierra los ojos para así reír más abiertamente.

—Eren, sé que será navidad. Pero no quiero que hagas planes con otras personas. Pasa el día conmigo.

—¿Eh? ¿Por qué?

—Nada en especial —se voltea para salir— ¡Ah! Y no le digas a Rivaille. Yo le avisaré —se va.

¿Que no le diga al sargento? Ni se preocupe, no pienso siquiera acercarme.