Capítulo I

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-¡Abajo! Inuyasha eres un tonto. -¿Cómo se atrevía a decir que le había dado la comida picante a propósito? Estaba tan enfadada.

 -Kagome es tu culpa, sabes que no me gusta esa comida, ¿porque la sigues trayendo?- Dijo con la lengua afuera transando de que el viento aliviara su dolor.

-No sé para qué me molesto trayendo todo esto. Voy a dar un paseo.- Se levantó y llevó su aparato con ella.

-Oye Kagome ¿Dónde crees que vas?- Dijo el hibrido. Fue suficiente.

- ¡Abajo! ¡Abajo! ¡Abajo! ¡Abajo! ¡Abajo! ¡Abajo! ¡Y no se te ocurra seguirme.- Mientras Inuyasha yacía sepultado, Sango, Miroku, Shippo y Kirara se preguntaban cómo era posible que Kagome diera tanto miedo.

-Que le vaya bien señorita Kagome.- Dijo el monje.

Se colocó sus audífonos y empezó a tararear su playlist. Quizás un poco de música le podía ayudar con su rabia. Luego de un rato de caminar sin rumbo se dio cuenta de algo. No sabía dónde estaba. Perdida en una época donde los monstruos salen cada dos por tres. Simplemente genial. Para su suerte, pudo ver a la acompañante de Seshomaru sentada en un prado de flores.

-Señorita Kagome! Cuanto tiempo sin verla.- Dijo Rin en un alegre tono saludando con la mano.

-Hola Rin, ¿Cómo te encuentras?- Agrego la azabache con un tono muy dulce mientras caminaba en dirección a Rin.

-Estoy muy bien. ¿Está perdida?- La sonrisa de Rin era alegría e inocencia pura. Esa niña  sí que era perceptiva.

-A decir verdad si lo estoy Rin, no puedo encontrar el camino de regreso al campamento.- Agregó una apenada Kagome mientras se quitaba los audífonos , guardaba el mp3 en su bolsillo y se sentaba a su lado.

-¿Qué es eso que tenía en las orejas?-Miró con curiosidad el aparato escondido en el bolsillo de la sacerdotisa.

-¡Oh! Esto es un aparato que te  permite escuchar música, ¿No es genial?- Dijo con una sonrisa al tiempo que lo sacaba de su bolsillo y se lo mostraba.

-¡Wow! Hay personas diminutas que pueden tocar esa cosa- Añadió emocionada y sorprendida. La chica pensó en aclararle cómo funcionaba pero realmente no valía la pena y no sabía que consecuencias podría traer eso a la evolución e invención del aparato en cuestión en el futuro.

-…Es algo así, ¿Quieres ver cómo funciona?- Dijo emocionada. Los ojos de Rin se iluminaron.

-¡Me encantar- ¿Señor Sesshomaru puedo?!- Preguntó antes de colocarse el aparato extraño en sus oídos. Un momento, ¿Sesshomaru se encontraba aquí? El aludido solo la miro de soslayo y dijo:

-Hmph.

-Gracias amo.- La emoción de la niña era incontenible. Así estuvieron un rato hasta que llegó la tarde, la verdad es que no quería volver al campamento. Pero debía hacerlo, no por el odioso de Inuyasha, sino por los demás. Aprovecho que la niña estaba distraída escuchando música para preguntar.

-Sesshomaru ¿Podrías decirme si percibes el aroma de alguno de mis amigos?- Dijo una apenada Kagome. 

-El aroma de ese hibrido está en dirección este.- Dijo en su usual tono monótono sin abrir los ojos. Kagome se dirigió en la dirección de Rin y ella le entregó el misterioso aparato.

-Ya veo, muchas gracias. Adiós Rin, recuerda comer el dulce que te di después de la cena.- Se despidió agitando la mano y empezó a cantar.

Dicen que cuando menos lo esperas alguien te cambia la vida entera ♫♪

La vio alejarse en la dirección que le indicó. Esa humana ya no le tenía miedo. Le causaba curiosidad, después de todo era la única con cerebro en ese grupo donde se encontraba.

 Hasta aquí el capítulo I.. ¡Denle amor! ¡Comenten! ¡Voten! Saludos desde la sensual tierra de Venezuela. Tengo otros fics, este es el tercero. Vayan a mi perfil y déjense seducir por Seshomaru-Sama y EraserHead😏














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