[♡]Volver a estar juntos[♡]

Cap. 30: Confusión.

Cap. 30: Confusión.

El estruendoso sonido del silbato del profesor resonó en el gran gimnasio, inmediatamente los estudiantes dirigieron su atención al hombre fortachón de alta estatura y bigote.

«Bien, ¡Escuchen!, ¡El día de hoy jugaremos voleibol!, ¡Haré equipos de cinco integrantes así que por favor, hombres, muévanse hacia el lado izquierdo y mujeres al derecho!».- dijo con voz ectricata.

Al poco tiempo los alumnos siguieron las instrucciones y se dividieron. El profesor organizó los equipos y en la gran cancha había tres redes dispersas, por cada red había dos equipos de cinco integrantes.

«¡Comiencen!».- dijo y volvió a soplar su silbato.

Videl se encontraba junto a su equipo haciendo tiros simples, le pasaba la pelota a su amiga de cabello corto

La joven pelinegra se encontraba junto a su equipo, la igual que los demás integrantes de su aula se pasaban mutuamente el balón, nadie contaba los contaba los puntos era simple diversión. «¡Videl!, ¡vamos!».

La joven reaccionó ante el llamado de su amiga rubia y solo vio como el balón pasó rápidamente a su costado, no la golpeó pero sí que la sorprendió.

Erasa: ¡Videl!, ¿Por qué no le pegaste?.- se quejó.

Videl: Lo siento, me distraje.- comentó mientras su amiga inflaba sus mejillas en son de puchero, la ignoró y comenzó a buscar la pelota con su mirada.

«Aquí tienes».- escuchó detrás de ella y aquél joven pelinegro le entrego lo que tanto estaba buscando.

Videl: Gracias, Gohan.- la recibió.

Gohan: De nada.

«¡Son!, ¡Regresa!, «Vamos a comenzar».- gritó uno de los compañeros de equipo del azabache.

Gohan: ¡Ya voy!, Nos vemos Videl.- se retiró.

La jóven disimuló un ligero rojo en sus mejillas y regresó con su grupo.

Erasa: empecemos de nuevo, jiji.- dijo con una risita

Videl: No te rías.- mencionó con una mirada sería.

Erasa: Está bien, está bien.- le respondió con una sonrisa.- entonces no me des razones para reírme.- pensó, si se lo decía de frente la fulminaba con la mirada.

...

Volvió a sonar el estruendoso silbato. «¡Está bien!, ¡La clase ya terminó!, ¡Vayan a los vestidores y después pueden irse a casa!».- gritó con voz firme y fuerte para que todos los alumnos lo escucharán. Así poco a poco se comenzaron a despejar el lugar.

«Disculpe, señorita Videl».- le llamó el hombre de bigote, está lo volteo a ver.

Videl: Si profesor.

«¿Podría ayudarme a recoger los balones?, Tengo que asistir a una junta de profesor que está por empezar y necesito retirarme, ¿Podría hacerme ese favor?».

Videl: Claro profesor.

«Gracias, señorita Erasa, ¿Podría ayudar a la señorita Videl?».- llamó la atención de la rubia.

Erasa: Está bien.

«Bien, me retiro, en cuánto termine mi junta regreso para cerrar el lugar solo cierren la puerta, por favor».- ambas chicas asintieron y el hombre salió del lugar dejándolas solas.

Comenzaron a reunir los objetos deportivos, uno tras otro.

Erasa: Oye Videl.

Videl: Si.