DEJÁNDOLO PASAR

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La tenebrosa brisa cubre el claro, rodeado de una oscura y espesa niebla. Al mismo tiempo, tan solo el titubeo de las gotas de la lluvia que caen sobre las hojas secas de los abetos. La luna es completamente eclipsada por las gruesas ramas de los arboles. Todo está en silencio. Y es todo tan solitario... el tiempo pasa más despacio, lo puedes notar. Como tus manos notan la eternidad de cada segundo. Tus piernas se entumecen y se debilitan. Aunque estás parado en el claro, rodeado de una mortal niebla y altos abetos, parece que estés cayendo por un acantilado. Pero sigues parado en el sitio. Cierras los ojos. Dejas que todo pase. Notas tu leve aliento desapareciendo fugazmente. Tus huesos se quiebran y tu piel se agreita como la porcelana. Sientes como la morena tez de tu cara se transforma en pálida nieve helada. Pero sigues parado en el claro, y tan solo dejas que todo ocurra.

Recuerdos MoribundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora