LA LLUVIA Y ELLA

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Mientras el horizonte se tuerce y el sol se esconde, los arboles se tambalean lentamente. A la vez que la lluvia tiñe las calles, el cielo se cierra a una noche perpetua. Pero tú sigues ahí. Expectante a todo lo que pueda pasar, dispuesta a pasar el día a mi lado. Apenas sin conocerme, pero yo siento algo que tú no lo haces. Sigo pensando y pensando. Autodestruyendome. Sabiendo que no soy suficiente para ti. Para estar entre tus brazos. Enamorandome de ti a cada segundo que te veo. Tan solo pasa el tiempo y deseo poder estar entre tus brazos. Pero tan solo llega la noche cerrada, el curvo horizonte y la lluvia vuelve grisácea una calle llena de verde y color.

Recuerdos MoribundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora