-03-

6 1 0
                                    

Hoseok se despertó temprano, serían alrededor de las seis de la mañana, pero no entendía en qué momento se había quedado dormido. Observó la carta arrugada a su lado un poco escondida entre las sábanas. Una mueca de disgusto se formó en su cara.

Realmente él nunca se fijará en mí

Se levantó de la cama y tomó algo de ropa limpia para dirigirse directamente al baño. Necesitaba una ducha para despejarse y poder afrontar el día.

J. Hoseok siempre había sido un chico ejemplar en los estudios, por supuesto ocupando el primer lugar en las calificaciones a lo largo de su recorrido académico. Ciertamente, era difícil pensar tras ver todo lo que había conseguido anteriormente, que ahora estuviera abandonando. Apenas asistía a la universidad para estar presente en las clases. Ahora, se encontraba usualmente entre las peores calificaciones, además de un largo historial de faltas. ¿Qué era aquello que afectaba tanto a la vida del pelirrojo? Podía ponerle nombre y apellidos e incluso apodos: Min Yoongi, Yoonie.

Hoseok conoció a Yoongi en el instituto y se hicieron buenos amigos, ambos eran polos opuestos en cuanto a destacar, pero formaban el mejor dúo. Yoongi no pretendía llamar mucho la atención, asistía cuanto podía a las clases mientras lo compaginaba con los trabajos de medio tiempo que adquiría de tanto en cuando, a escondidas de su padre, para ir ahorrando conforme al plan de escape que quería realizar unos años después. Su amistad creció aún más cuando en numerosas ocasiones Hoseok refugió a Yoongi en su casa cada que huía de la situación de maltrato que vivía. El menor siempre había estado cuidando de él. A pesar de que Min no era alguien muy afectivo, permitía ser abrazado por él, o algunas leves caricias de consuelo. La personalidad brillante de Hoseok siempre hacía a Yoongi sentir mejor.

Tras tanto tiempo juntos, algo especial comenzó a surgir en el corazón del tierno Hoseok, lo que le llevó a tratar de acercarse más a Yoongi. Cuando al fin consiguió ganar las fuerzas para confesar sus verdaderos sentimientos, lo que recibió por parte de Min fue aquella carta en la que le dejaba clara su postura. El corazón de Hobi se hizo añicos, pero no quería perder a su mejor amigo, por lo que prefirió convivir con el tema sin darle demasiadas vueltas. Min Yoongi se volvía cada día más frío. Las lágrimas de Hoseok cada noche abrazando su almohada. No podría cambiar nada, pero al menos podría mantener la amistad con él. 

Me encantas, realmente me matas

Al terminar la ducha, salió con el pelo húmedo, un poco despeinado, y ropa limpia que usualmente viste como pijama. De frente, se topó con Yoongi que estaba esperando para poder entrar al aseo.

―Llevo esperando un buen rato Hobi, ¿qué estabas haciendo ahí tanto tiempo? ¿Acaso tienes problemas intestinales? ―Yoongi rió un poco.

―Solo me estaba duchando Hyung, no seas idiota ―Hoseok hizo un puchero.

―Cómo sea, aparta ―Entró con rapidez al cuarto de baño, haciendo que Hoseok se quedara unos segundos quieto casi como una estatua.

Finalmente, Hoseok reaccionó y se dirigió a la cocina para preparar algo de desayuno. Al abrir la nevera, se percató de que era necesario ir a comprar, si era posible, ese mismo día. Preparó lo que pudo con lo que encontró, ya que otra no quedaba. 

Taehyung se levantó y miró la hora, era muy tarde. Salió rápidamente de su habitación mientras se colocaba la ropa correctamente, tomó una tostada y se la puso en la boca, desapareciendo por la puerta de casa tal y como cae un rayo en noche de tormenta. Hoseok miró toda aquella escena con los ojos abiertos como platos pero prefirió no hacer preguntas para no retrasar al apresurado Kim. 

Yoongi llegó a la cocina y se sentó a la mesa junto a Hoseok, ambos se encontraban en un silencio incómodo.

―Yoonie, necesitamos hacer la compra, la nevera es un desierto ―Dijo Hoseok rompiendo el silencio.

―Sí, pero, ¿no tienes que asistir a la universidad? Llevas sin ir días o quizás semanas. ¿Te estás escaqueando Hobi? ―Yoongi elevó una ceja mirando fijamente al pequeño, el cual se encogió de brazos ante aquella mirada amenazante.

―Bueno... Yo... No tenía pensado ir porque realmente no es tan importante, ya sabes, puedo estudiar y aprobar sin ir a las clases... ―Hoseok bajó un poco la cabeza tratando de esconderse de la mirada asesina del mayor.

―Esa no es excusa, hoy mismo vuelves a las clases ―Min tomó su mentón para alzar su cabeza y mirarle más directamente, dejando claro que no iba a retractarse.

Aunque Hoseok intentó convencerlo haciendo pucheros, de nada sirvió, el mayor le llevó casi arrastrando hasta su habitación para que se vistiera. 

―A partir de ahora dejarás de faltar a clase, si no es así, me enfadaré contigo ―Añadió Yoongi al asunto mientras observaba como el cabizbajo Hoseok se cambiaba de ropa. ―Solo me preocupo por ti. ―Min le dedicó una pequeña sonrisa sincera y las mejillas de Hoseok se volvieron de un tono levemente rojizo, por lo que no pudo evitar también soltar una risilla, a modo de burla, para molestarle.

―Min Yoongi eres un completo idiota ―Los labios de Hoseok seguían formando un puchero y sus mofletes se incharon con un poco de aire mientras refunfuñaba.

―No seas tan tierno, me dan arcadas y a la vez quiero achucharte hasta asfixiarte, y no vuelvas a llamarme por mi nombre completo, sabes que solo a ti te dejo usar un apodo, así que abusa de ese privilegio ―Yoongi miró de lado y se acomodó el pelo hacia atrás tras decir estas palabras.

―¿Cómo puedes ser tan rudo? Hyung... Yo te quiero mucho ―Hoseok intentó decirlo sin que sonara demasiado afectivo, ya que estaba seguro de que todo lo sucedido hacía tiempo aún no lo habría olvidado.

―Yo también te quiero mucho Hobi, vamos, termina de vestirte, no llegarás a tiempo a la segunda clase si sigues retrasándote ―Yoongi intentó evadir el tema cuanto antes, sabía perfectamente a dónde podía conducir aquella conversación y no estaba seguro de poder mantenerla con su estado mental y sentimental actual.

―Yoonie... de verdad, te quiero ―Hobi bajó la cabeza un poco evitando la mirada inquisitoria del mayor.

Yoongi, por el contrario, se acercó hasta posicionarse frente a Hoseok, alzó su rostro con una mano y le miró directamente. Su mirada trataba de ser tierna aunque reflejaba gran pesar y cansancio. Finalmente, suspiró y observó los labios del menor, deslizó un dedo por estos, provocando que el corazón de Hoseok se agitara y temblara. Ambos se encontraban a solo unos milímetros de unir sus labios pero terminaron por separarse con cierto nerviosismo. Los mofletes de Hoseok se encontraban completamente rojos y no podía moverse.

―Y-Yo... Tengo que irme ―Hoseok salió cuanto antes de aquella habitación dejando a Yoongi allí, sin recibir respuesta alguna.

¿Acaso ahora pretendía jugar con él? Él realmente no caería en los brazos del mayor.

Don't call me baby - (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora