ꜱᴀʟᴛᴀ, ᴄᴏᴍᴏ ᴇʟ ᴀɴᴅᴀʀ ᴅᴇ ᴜɴ ᴄᴏɴᴇᴊᴏ ʸᵐ

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Estiró sus manos hacia el techo, talló un poco sus ojos y sin más, se levantó caminando hacia la cocina, sirviéndose algo de jugo, para regresar a la sala donde una vez sentado, bebió el contenido. Encendió la televisión mirando un programa al azar.

A decir verdad, no sabía que estaba haciendo, su cerebro había dejado prácticamente de funcionar.

El día anterior, había regresado a altas horas de la noche, después de haberse aseado un poco, después de todo tenía una capa de sudor adornando su piel, sudor y otras sustancias vergonzosas, evidencias de sensaciones placenteras.

Pudo haber aceptado la invitación que Suga le había dado, invitándolo a pasar la noche en aquella suite, pero a decir verdad, estaba demasiado avergonzado como para quedarse, además del hecho que aquella máscara que adornaban su rostro, se había vuelto algo molesta por el sudor.

Aunque aquello no quitaba el hecho de recordar las pálidas manos sobre él. Después de haberse corrido la primera vez, saco el juguete de su interior, y había comenzado a masturbarlo ahora con sus manos, bombeando su miembro utilizando su otra mano para estimular su entrada, explorando su interior por completo.

Incluso juraba que había disfrutado más con sus manos que con el propio juguete creado para aquello mismo.

Cubrió su rostro con sus manos realmente avergonzado, se suponía que iba a ir de nuevo ese día a la misma hora, ya que la mujer, de nombre Haneul le felicitó y dió instrucciones sobre el trabajo como tal, tenía que ir todos los días, con derecho a faltar cuando quisiera, aunque únicamente tendría que avisarle con unas horas de anticipación como mínimo.

Odiaba sentir aquella infinita vergüenza. Se había acostado con varios de su universidad y alrededores, pero jamás sintió lo mismo, días despues o incluso horas después de haberlo hecho, podía verlos a la cara sin ningún problema.

Se recostó en el sofá mirando hacia el techo. Según había entendido, ganaría cien mil wons al día, que a decir verdad, era una suma alta, teniendo en cuenta que disfrutaría aquél trabajo. Después de todo, no todos los días te contrataba un experto en el sexo para que seas su "ayudante".

El día anterior había sido simplemente una especie de entrevista, pero hoy iba a comenzar su trabajo como tal. Solo tenía que entrar, ponerse esa estúpida máscara, y entrar en la habitación, haciendo lo que Suga deseara.

Claro, y vestirse de forma más sutil, más por su propia seguridad que por alguna otra razón. Después de todo, por lo visto, regresaría hasta el anochecer, e ir de forma provocativo por las calles podía no ser una buena idea.

Solo pudo jadear molestó al recordar de nuevo su toque, ¿Era tan difícil que volviera a sentirse normal?. Solo había jugado con sus dedos, eso era todo, pero... ¿Por qué no lo podía olvidar?.

- ¡Agh! - grito frustrado escondiendo su rostro en una de las almohadas del sofá.

- Woww... hace demasiado tiempo que no te veía de ese modo - levantó su rostro encontrándose con la mirada burlona de su mejor amigo, quien al parecer había ido a la tienda de conveniencia.

- Tae~ - hablo fingiendo lloriquear. Taehyung solo pudo suspirar y girar los ojos con una sonrisa. Se acercó a el dejado las bolsas que llevaba en el suelo. Al sentarse en el sofá dispuesto a escuchar a su amigo, Jimin solo gateó hacia el recostando su cabeza en sus muslos, abrazando su cintura, para esconder su rostro en su vientre.

- ¿Ahora que fue lo que ocurrió? - pregunto entre rosillas, acariciando con suavidad su espalda, haciéndolo mirarlo directamente a los ojos unos segundos sin separarse.

- Yo... bueno... - trago algo pesado, para suspirar y sentarse en el sofá, mirándolo de forma directa, sintiendo como sus mejillas comenzaban a tornarse rosadas - Conseguí un trabajo, pero... no es como los anteriores... ah... ¿Conoces a Suga?.