capitulo 2

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Bosque de Olindria.

Presente.

Llovía, una lluvia feroz y hambrienta, Los vientos bailaban y peleaban con cualquiera que se atreviera a pasar por su camino, Los truenos con su luz alumbraban el oscuro bosque, para que los demás vieran lo temible que era esta tormenta.

—¿Qué haremos Alfa? —Grito aquel hombre intentando detener el agua que corría por su rostro.

—Saldremos por la Mañana— Sentencio, el líder de la manada mientras se retiraba a su pequeña tienda.

Habían decidido volver mucho antes para ver a su madre, no imagino que se desataría una terrible tormenta.

Los pocos hombres que les acompañaban descansaban en sus tiendas, y aunque fueran hombres lobos, podían sentir frío, y aún más si la luna estaba oculta por tantas nubes enojadas.

Ender Resopló con molestia

Se quedó un largo rato observando a la nada, mientras escuchaba como poco a poco la tormenta llegaba a su fin, al igual que la noche. No pudo dormir nada, pero se sentía feliz de que ya podría continuar su viaje a casa.

—¡Alfa! ¡Alfa! - llamaba su beta con pánico.

 Se puso de pie a toda prisa, Si su beta sonaba de ese modo algo grave habrá pasado, nunca había escucha a su amigo llamar de esa forma ni en las numerosas guerras en las que han batallado.

Lo primero que Ender  Vio fue como Berkant Sostenía con sus brazos a una joven casi desnuda, llena de lodo y pelo alborotado, aunque esto no fue lo que más llamo su atención, sino el olor tan agradable que desprendía.

Sintió como aquel aroma llenaba todo su ser, incitándolo a que fuera por ella, a que su lobo fuera por ella, Su mente se sentía lejana, como si ya no perteneciera al mismo, intentó controlar a su lobo, pero perdió la batalla cuando por fin notó que Berkant su beta la acogía en brazos dulcemente.

Mia

-Aléjate de ella..... -gruñó sin poder evitarlo mientras sus ojos se tornaban amarillos.

—¡Oh! Maldición ¡-exclamo su beta mientras observaba como su alfa Se acercaba a el.

La soltó con delicadeza al mismo tiempo que Ender Llegó para sostenerla cargándola en brazos.

Su alfa había encontrado por fin su luna, pero ignorando las extrañas circunstancias en la que esta se encontraba, deseó que ella estuviera bien -pensó berkant

—Trae al doctor- ordeno mientras intentaba controlar su ira.

La sostuvo con firmeza y se adentró a su tienda ignorando la mirada de alguno de sus hombres. No sabía como sentirse, había encontrado a su alma gemela, era un sentimiento extraño de felicidad y preocupación, puesto que esta estaba en ese estado. Su cuerpo estaba cubierto de lodo, olía a sangre y sus latidos eran débiles. Lamentó lo peor, pero en el fondo tuvo fe, la diosa luna no podría entregársela y luego arrebatársela tan Deprisa.

Llevó sus manos al largo pelo de la chica, alejando esos oscuros mechones de su rostro para por fin verla. Mantenía sus ojos cerrados, con una expresión de tranquilidad, era tanta la que reflejaba esta, que llevo sus manos para delinear sus facciones.

Su rostro era hermoso, era perfecto, una belleza salvaje y cálida.

—En que puedo servirle Alfa-Dijo el doctor entrando en la tienda junto a su maletín y Berkant detrás de él.
—Verifique su estado doctor -demando el alfa aun sin alejarse de ella.
—Necesitaré que salgan, por favor, Los llamaré cuando haya terminado, y por favor necesito agua y algunas toallas. —Dijo mientras sacaba sus herramientas del maletín.

El alfa se tomó un momento para pensar en que el doctor tendría que quitarle las pocas prendas que portaba y asearle con sus propias manos, no podía pedirle ayuda a ninguna mujer, ya que todas las mujeres de la manada se encontraban en sus tierras.

—Preferiría bañarle yo Doctor - pidió amablemente el alfa, sabía que el doctor solo hacía su trabajo, pero igual no podía permitirlo, ni siquiera pensarlo con detalle.

-Claro alfa, comprendo perfectamente, les dejaré a solas, por favor llámeme cuando haya terminado - dijo para luego marcharse en silencio.

En pocos minutos sus hombres llevaron dos cubos de agua y se retiraron al instante.

El alfa acomodó a la joven lentamente en la cama improvisada, seguía tan tranquila como antes y eso lo intranquilizaba.

Tomó un pequeño paño y lo humedeció en el agua, para llevarlo a su rostro, alejando toda suciedad de él, así mismo hizo lentamente con cada parte de su cuerpo, admirando cada detalle, cada marca, cada lunar. La admiraba, sentía tan adoración que no quería esperar a que despertase y escuchar su voz. 

Luego de un rato acabó con su tarea, su piel estaba limpia, aunque algunas heridas debían sanar.

 ¿Qué le habrá pasado?

 La vistió con algunas de sus prendas con total delicadeza y al terminar se retiró a duras penas para llamar al doctor.

Al salir de la tienda sus seis hombres lo observaban con emoción, buscando alguna aclaración de lo sucedido, sin más preámbulos decidió aclarar ciertas cosas.

-La joven que se encuentra en mi tienda es mi alma gemela —expuso sin más.

Los miembros de la manada lo llenaron de felicitaciones y Buenos deseos para luego regresar a sus labores, menos su beta, que aprovechó para preguntarle sobre los detalles.

Hubiese deseado encontrar el mismo a su mate, pero las cosas a veces no son como queremos.

—Cuéntame qué pasó Berkant- pidió Ender con curiosidad.

—Estaba revisando los alrededores cuando la vi tirada junto a un árbol, no noté su olor hasta que la traje hasta acá —respondió. — Aunque es extraño, ¿No crees? - Añadió pensativo.

—Sí, Lo es, aún no entiendo como no sentimos su olor - Admitió mientras escaneaba el lugar. —¿Viste a alguien más? —Preguntó.

—No Alfa

—Espero que esté bien y juro encontrar a los malnacidos que la pusieron en esta situación - dijo con rabia apretando los puños.

—¿Crees que sea de la manada del Sur? —Pregunto su amigo con recelo.

—No lo sé, pero lo averiguaremos cuando despierte.

—¡Alfa! Deténganla —Grito el doctor asustado mientras salía a toda prisa de la tienda.

Sus ojos captaron rápidamente como la joven corría con dirección al bosque y por instinto fue a por ella.

Corría veloz, sin duda, estaba asombrado y furioso al mismo tiempo ¿Cómo pretendía escapar de él? ¿No sintió su olor? ¿No sintió que él era su mate? Mientras más se cuestionaba, el enojo aumentaba junto a su velocidad, sus colmillos salieron a la vista sin poder evitarlo; Ender utilizo todo su autocontrol para no convertirse en lobo y dañarla.

La atrapó con sus brazos impactando sobre el suelo con fuerza, la chica se removió bajo suyo intentando escapar haciéndolo gruñir.

-Quieta- Ordeno con su tono de Alfa, observando esos hermosos ojos llenos de fuego, se perdió un instante en ellos bajando así la guardia, escondió los colmillos para no parecer una amenaza y espero a que se tranquilizara.

La chica le regaló una mirada de odio y esto en el fondo lo entristeció, sin dudas no esperaba aquel recibimiento; por lo menos un "hola, ¿qué tal?"

Sus planes cada vez iban peor, cuando esta lo empujo poniéndose rápidamente en posición de ataque, no pudo ignorar que su mate se encontraba a punto de convertirse y atacarlo.

—Quién eres —Dijo con rabia, casi escupiendo las palabras, su voz era ronca, casi como si no hubiese hablado en mucho tiempo. Sus palabras hicieron eco en sus pensamientos, dejándolo pasmado.

—Soy Ender, alfa de las tierras del norte, y sobre todo tu mate —Dijo con voz calmada. —¿Y tú? —Agregó

—Nahiara

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