No me voy a rendir

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(***)

Emilio caminaba, no tenía un lugar al que quisiera ir, simplemente quería caminar. Pasar desapercibido fue difícil, llevaba un gorro de lana rojo para cubrir su cabello, una sudadera con capucha que cubría su rostro y un tapabocas.

El andar por las calles de la ciudad de México podía ser todo un show, la gente iba de un lado a otro, niños corriendo con sus padres detrás de ellos, adolescentes paseando entre amigos y parejas.

Eso era lo que más le agradaba, estaba feliz porque cada vez era más normalizado ver cualquier pareja caminar tomada de la mano.

Había una joven castaña que iba de la mano con su novio abrazados; recordó a María, puede que a nadie le importe pero ella fue su primer amor honesto, sin presión y sin duda. Recuerda como la conoció gracias a Renata Guerra, recuerda que con ella vivió tantas aventuras, recuerda lo fácil que podía convivir... Y recuerda como la monotonía le ganó a su relación.

No se sentía triste, por un tiempo sintió culpa después de que ella terminó su relación, a pesar que dijo que estaba bien, la mirada que desprendía decía todo.

Pero María siempre había sido valiente y después de un tiempo, después de unas semanas... Ambos mandaron un mensaje al mismo tiempo, era como si aún sintieran una conexión... Un simple Hola hizo que su amistad no se perdiera e hizo que Emilio tuviera más valor para no separarse de Joaquín.

Recordar esos momentos hizo que sonriera, miró el Museo de Bellas Artes y recordó la foto que de tomó con Joaquín hace tanto tiempo, bueno... Así lo sentía.

Se giró y caminó rumbo a la Torre Latinoamericana, sabía que por hoy no quería entrar, además no llevaba tanto dinero y su estomago le empezaba a pedirle comida.

Caminó sobre la Alameda pero no quería entrar en algún restaurante, ya era suficiente con las miradas que tenía sobre él por su apariencia de Cholo.

Entró a una pequeña pizzería frente a la friki plaza y comió sentado en una mesa al fondo.

No tardó mucho que dos jóvenes entraron tomados de la mano, era sorprendente porque uno de ellos llevaba un crop-top negro con overol, cabello castaño rizado y de piel blanca.

Parpadeo un par de veces para evitar confundirlo con Joaquín. No estaba pensando que eran 100% idénticos, solo que de lejos tenían gran parecido, pero una vez que pasaron a un lado de su mesa notó que este estaba más bajito, su cabello era muy rizado y él estaba menos delgado que su Joaco.

Estaba tan feliz de verlos juntos, de ver como se demostraban cariño sin importarles los demás. Le dio risa cuando una adolescente, no mayor de 14 años, sacaba su celular y les tomaba fotos a escondidas y se las mostraba a la que parecía ser su hermana mayor, quien igualmente se emocionaba.

—Te tengo un regalo, Samuel—pudo escuchar como el mayor sacaba un sobre—Es un regalo por los 7 meses juntos.

—No tenías que hacerlo, Richi—habló dulcemente, tomó el sobre y sus ojos se iluminaron al máximo que Emilio recordó la vez que le regaló el crop-top a Joaquín.—No puede ser... ¿Te cae?

—Y te aplasta mi pequeño, sé que amas a tus Aristemiliacos así que iremos a su último concierto juntos—el rizado se atragantó con su pizza al escuchar a la pareja.

Venganza [Joaria, Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora