Pov Callie:
Ya es lunes y me encuentro en la puerta del instituto esperando a la rubia para juntar nuestras dos partes del trabajo. No he hablado con Mark desde el incidente de la fiesta, y es raro porque desde siempre nos acostumbramos a llamarnos todos los días, sobre todo si no nos hemos visto en persona. No estoy enfadada con él, entiendo por qué se puso así, tan solo intentaba protegerme, pero me incomoda que la gente actúe así conmigo, y más que se empiece una pelea por mí. Dado quién es mi padre, estoy acostumbrada a ser un poco el centro de atención, y no lo digo por egocentrismo, ser la hija del gobernador no te permite pasar muy desapercibida, aunque a veces desearía que así fuera.
También sé que Mark no está enfadado conmigo, nos conocemos desde los 8 años, y no hemos tenido muchas discusiones en estos 9 años. De igual manera, siempre acabábamos arreglándolo con helado.
De pronto vi cómo la rubita se acercaba a la entrada junto a Teddy, riéndose a carcajas de probablemente cualquier ñoñería de su país multicolor.
-Tienes tu parte del trabajo hecha? - digo interrumpiendo su animada conversación, ignorando la cara de ligero desprecio que recibo de su amiga.
-Sí, sí, claro. Al final, ¿qué has hecho, has puesto tu opinión o has cedido para complacer al doctor Webber? - responde Arizona intentando sonar cortante y evitando que Teddy le pregunte acerca de ello más tarde.
-No he cambiado de opinión, pero no quiero llevarme mala nota por no coincidir en semejante tontería, así que he destacada lo IMPORTANTISIMO que es el amor,¿verdad rubita?
La chica de ojos azules suspira ante mí, y se despide de Altman después de que esta le diga en el oído, fingiendo ser discreta pero haciendo que alcance a oirlo- si se te pone demasiado ruda o agresiva, llámame, tengo 3 hermanos, sé cómo defenderme- provocando que suelte una disimulado (aunque no tanto)
carcajada.
Todavía es pronto y los profesores no están en clase, así que la guío hasta la primera clase que veo para acabar el trabajo cuanto antes.
-Dame tu parte y lee la mía, asegúrate de que no repitamos ningún argumento- empiezo a leer su parte y he de decir que aunque todo lo que dice me parecen cursilerías estúpidas, su forma de redactarlo suena tan sincera que me dan ganas de creerlo de verdad.
-Madre mía, para ser una estupidez de opinión, cualquiera se creería que coincides al %100.
-Ya bueno, tengo práctica en fingir lo que no siento ni creo en absoluto- inmediatamente me arrepiento de mi absurda confesión, y redirijo el tema al trabajo- ¿bueno qué tal? ¿Crees que cuela?
-Definitivamente, y ya ni tendrás que volver a dirigirme la palabra verdad- me suelta antes de que me dirija a clase de matemáticas,sorprendiéndome un poco con lo indiferente que suena su tono de voz-.
-Gracias a dios.
Salgo rápidamente de la clase y justo antes de entrar a otra me choco con Mark, quien mira hacia otro lado intentando esconder el moratón en su ojo-
-Joder Mark, lo siento mucho. Por la pelea y por haberte gritado de esa manera. Simplemente me agobié y lo pagué contigo, aunque no te lo merecías- consigo sacarle una media sonrisa y posa sus ojos en los míos.
-No pasa nada Torres, no es culpa tuya que ese gilipollas se pusiera a manosear contigo cuando ni te habías fijado en él. Y lo siento por el escándalo, sé que eso no es bueno ni para ti ni para tu reputación, espero que tu padre no se entere.
-Da igual, ya estoy acostumbrada a toparme con tíos así, pero sabes que por mucho que agradezca tu ayuda, no la necesito. Soy una Torres, si me hace falta patear el culo de cualquier imbécil, lo hago y desde luego que no me arrepiento- esta vez consigo que muestre su sonrisa al completo, contagiándomela a mí.
