No Memory [HanaNene AU]

I

Lo más lejos de sus recuerdos despertó con una escoba en las manos y tumbada en el duro suelo de cera junto unas luces del cristal que pasaba por una ventana. Temblando sobre sus piernas, como si fuera un potro recién nacido, se levantó y comenzó a barrer el polvo del camino polvorienta. Si tenía una escoba en la mano, eso era lo que tenía que hacer, ¿verdad? Pero, ¿Por qué era tan difícil caminar, y mucho menos quedarse de pie?

Ella intentó algunos pasos más. Temblando como un niño pequeño, qué irritante. Resignada a dar pasos de bebé literales, lentamente caminó por las puertas de inodoros. Sus manos se movían con fluidez y, sin embargo, sus pies parecían antinaturales. ¿Por qué fue eso? Si se hubiera derrumbado debido al agotamiento, ¿No le dolería todo el cuerpo? Y si estaba enferma de enfermedad, ¿No habría alguien que la cuidara?

Hablando de personas, no había alma a la vista. Intentó llamar a alguien, pero no hubo respuesta. Después de un rato, le dolía la garganta y tenía la lengua pesada en la boca. Extraño, de verdad. ¿Estaba ella sola? El baño estaba en perfecto estado, ¿Lo había estado cuidando sola todo este tiempo?

Aunque estaba sola, no se sentía sola. De hecho, todo lo contrario. Sintió como si se hubiera cansado de una reunión social y finalmente hubiera logrado escapar para tomar un respiro.

Estar sola trajo tiempo para pensar. Y pensar significaba ir más allá de lo que normalmente considerarías cuando estabas en presencia de una compañía. Entonces ella hizo eso. Hubo muchas preguntas sin respuesta. Ya, preguntas sobre preguntas comenzaron a acumularse en su mente. Incluso después de pensar más y más profundamente, había una pregunta que creía que era de suma importancia.

¿Quién era ella?

No importaba, concluyó después de barrer la entrada. Ella solo tenía que sacar lo mejor de esta situación. No hay necesidad de todos estos pensamientos deprimentes. En este momento, su cuerpo se movía en un piloto automático inestable. 

Alrededor del mediodía, vio una figura borrosa acercarse a ella. Su dolor de cabeza inducido por la fiebre le impedía alarmarse por la repentina intrusión y sus ojos entrecerradas habían acumulado lágrimas que dificultaban discernir sus rasgos. Sintió la palma de una mano presionarse contra su frente y no pudo evitar suspirar ante la sensación fría. Le susurraron algo que no pudo distinguir y volvió a sentir la sensación de frío, esta vez en la mejilla. Con los ojos cada vez más pesados, cayó en un sueño muy necesario por el resto del día. No hubo pesadillas en ella durante ese tiempo.

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Se despertó a la mañana siguiente con vigor como nunca antes y aunque su cuerpo se sentía dolorida, sabía que todo estaría bien. Estaba en una sala. Aun tenía el uniforme. Pero ella comenzó a sentir curiosidad. Las preguntas que había dejado sin responder comenzaron a resurgir.

¿Como es que llego aquí? Ni en su hogar, pero ni una sola vez había conocido a otra persona con quien pudiera comunicarse. ¿Por qué se despertó aquí sola en una camilla?

Aún no había recuperado ningún recuerdo de su pasado. Había esperado que cuando se durmiera, recordaría su pasado perdido. Tal recuerdo nunca llegó, ella tendría sueños inútiles por la noche, sin importar cuánto deseara de lo contrario. De vez en cuando, le dolían las piernas y tenía que sentarse hasta que los dolores desaparecieran. Los Mokkes se agruparía alrededor de ella preocupados y ella siempre les aseguraría que todo estaba bien. Pero no fue así. Ni siquiera podía recordar su nombre.

Sabía que estaba siendo egoísta cuando pidió una vez más que le enviara a alguien con quien hablar. Ya había hecho tanto por ella, ¿no era ella exigente? Aún así, se encontró rezando de nuevo.

—Por favor, ven a visitarme; incluso una vez que yo este bien—

Un mes después de que ella se despertara con una escoba en las manos y en el duro suelo del baño, apareció un chico frente de la entrada del baño.

—¿Cómo está mi asistente?—