La luna

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Ciertas noches,

mi única compañera,

ciertas noches,

se va cuando no es primavera.

Quien fuera la estrella

para seguirle el paso,

quien fuera centella

para desaparecer

en dado caso.

No te pierdo,

porque no te tengo;

no te pierdo

pues cada noche

a esta ventana vengo.

Sin ti, la noche no es noche,

la noche es penumbra.

Cuando veo

tu resplandor en el día

es el momento

en que el sol te alumbra.

Te he contado

mis más íntimos secretos,

te he cantado, de mis poemas,

todos sus versos.

Me conoces como nadie,

y me escuchas como alguien.

Me guías con la poca luz

en plena oscuridad,

cuando en el sol

del día; de la tristeza

le doy la responsabilidad.

¡Oh Luna!

De diez mil mujeres,

Como tú no hay alguna...

Sentimientos del pensamientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora