Twice One shots

Dry flower | Datzu

Kim Dahyun siempre había pensado que era una flor seca, sin olor y completamente descolorida. La razón: era pálida como la leche y era aburrida como la mierda. Además no desprendía olor alguno, ni siquiera un mal olor.
Se pasaba preguntándole a cualquier chica que se le cruzara que perfume usaba y ella definitivamente lo compraría.
Tenía en su colección perfumes de lo más exclusivos hasta los que vendían en catálogos de cortinas.
Pero nada servía, o eso creía ella.

Una mañana observó los frasquitos que tenía en una cajonera, pues su colección era tan extensa que tenía que usar un organizador.
Eran de todos los colores y formas, inclusive tenía algunos de hombre.
Analizó cual debía usar, después de unos minutos peleando consigo misma llego a la decisión de que no se rociaría nada, daba lo mismo que se pusiese alguna fragancia más cara que su colegiatura.

Observó su cuello en el enorme espejo que tenía en su habitacióñ sonrojandose al imaginar que algún día alguien olerá su cuello y lo encontrará agradable.
Se colocó su crema corporal, luego comenzó a abotonar su camisa.
Tomó su corbata escolar perfectamente planchada que tenía colgada en un perchero.
Dahyun tenía un extraña manía de planchar todo, incluso sus calcetas blancas. Por último caminó hasta su guardarropa y sacó el saco de su uniforme.

* * *

La cabeza de la coreana se balanceaba por el sueño.
Había llegado 10 minutos antes y se estaba arrepintiendo, pero tenía una sencilla razón para llegar más temprano, cuando caminas tu olor te sigue, por esa razón Dahyun llegaba más temprano de lo usual, así la gente no sé daría de su falta de olor.
Los minutos pasaban lentamente para la joven coreana, después de una dura batalla entre Dahyun y él sueño, llegaron casi todos los estudiantes. Sólo faltaban dos, Elkie y Tzuyu; las chicas más hermosas del instituto.

Le primera en entrar fue Elkie y en lugar de tomar asiento fue a platicar con otras chicas, era muy amigable, siempre estaba rodeada de adolescentes.
Luego de 5 minutos entró la hermosa Zhou Tzuyu, con un rostro serio que demostraba su superioridad.
Dahyun podía jurar que la iluminación cambió e incluso había flores flotando al rededor de Tzuyu, ella siempre tenía esa vibra refrescante.
La morena caminó hasta su pupitre dejando un delicioso olor a fresas detrás de ella. La taiwanesa tomó asiento al lado de Dahyun como todos los días.
Los pupitres estaban unidos formando una pequeña mesa, en su pupitre decía 'Kim Dahyun' y en la otra decía 'Zhou Tzuyu' que era completamente innecesario, podías saber a simple vista a quien le pertenece. El pupitre de Tzuyu estaba lleno de "dibujitos" por no decir rayones sin forma y el pupitre de Dahyun estaba ordenado y limpio.
La pelinegra sacó sus bolígrafos rosados y los colocó en su pupitre, uno de ellos se rodó al de Dahyun. Tenían un montón de decoraciones, desdé piedras decorativas, hasta corazones gigantes en el extremo, era casi imposible que se pudiesen rodar. Dahyun pensaba que cada bolígrafo pesaba un kilo.
La vista de Dahyun se dirigió a sus bolígrafos; era un bolígrafo negro en su totalidad, no tenía tapa y estaba todo mordisqueado, tenía una pequeña etiqueta que decía 'Chaeyoung', ni siquiera era de ella, se lo había robado a Chaeyoung hace unos días.
-ten cuidado, no vayas a confundir tus bolígrafos con los míos.- Dahyun comentó con diversión.
La morena sonrío mostrando su único hoyuelo.
Luego de eso ninguna compartió ningún comentario hasta el descanso.