CAPÍTULO 13. NO ME ARREPIENTO

4.9K 257 21
                                    

Natalia se despertó con un dolor de cabeza enorme, le dolía hasta abrir los ojos, pero en cuando lo hizo se dió cuenta de que no estaba en su cama.
Era una habitación que desconocía totalmente, la ropa que llevaba puesta tampoco era suya. Se frotó los ojos y cogió su móvil que estaba en una mesilla. Las dos de la tarde. El salto que dió desde la cama fue grande. Sin saber todavía donde estaba salió de esa habitación, preciosa por cierto, y lo que vió tras la puerta sí lo reconocía. El salón y la cocina abierta de casa de Alba, eso en cierto modo la tranquilizó. Vió a la rubia, con una camiseta que la cubría un poco más del culo, con una cinta en el pelo y hablando por teléfono

- Qué sí mamá, que mañana voy a comer. -Suspiró Alba como cansada- Vale... -Alargó la e y se dió cuenta de la presencia de Natalia en la misma habitación que ella- Oye te dejo, luego te llamo. Un beso. -Colgó en teléfono y lo dejó sobre la encimera -Buenos días Bella Durmiente

- ¿Qué hago aquí? -Preguntó confusa

- Vaya... veo que el alcohol te sigue sentando igual de mal... -Rió por la nariz- Estabas apañada ayer Lacunza... y pues te traje para mi casa, vomitaste un par de veces, una de ellas encima mío, y te dormiste

- ¿Qué? Joder no me acuerdo de nada -Se llevó las manos al pelo, tirandolo con fuerza- Yo lo siento Alba... de verdad. Seguro que no tenías ninguna intención de cuidar a una borracha esa noche

- La verdad que no, pero fue divertido. Te pones muy graciosa con el alcohol -Sonrió- No pasa nada, anda que no has cuidado tú de mí cuando estaba borracha

- Ya pero joder... me siento fatal

- Anda no te rayes, ¿quieres desayunar, o directamente comer ya?

- ¡Mierda! Mierda mierda mierda -Su expresión facial cambió al completo y empezó a dar vueltas sobre sí misma

- ¿Qué pasa?

- La niña joder. Mira que hora es. Me cago en la puta donde he metido mi móvil -Dijo nerviosa y asustada mientras se tocaba todo el cuerpo intentando encontrar su móvil

- Natalia tranquila. Hablé yo a tu madre

-¿Qué? ¿Cuándo? ¿Porqué? ¿Desde mi móvil?

- Natalia tranquilízate -Alba se acercó a Natalia muerta de la risa por dentro, la agarró la cara e hizo que la mirara- Le hablé en cuanto te dormiste, desde mi móvil. Le dije que ibas a dormir en mi casa y que no se preocupara, que estabas bien. Me he respondido esta mañana, se queda a la niña para comer y después espera que la llames. Ya está -Le quitó importancia y la morena respiró

- Joder, que estrés -Alba se volteó y la carcajada muda que se escapó no pasó desapercibida para Natalia- ¿De qué te ríes? -Preguntó sonriendo

- De ti -La cara indignada de Natalia con resaca era un cuadro- Es que eres muy graciosa -Se volvió a reír

- ¿Ah si? -Preguntó con guasa

- Chica mi culpa no es -Seguía riéndose y Natalia se quiso tatuar ese sonido en su piel- No me apetece hacer nada de comida la verdad, ¿te apetece que pidamos algo? -Dijo cambiando de tema

- ¿Me estás invitando a comer? ¿Muy rápido vas no? -Preguntó con sorna

- Eres imbecil -Dijo riéndose- ¿Quieres o no?

- Si... -Dijo alargando la i como si estuviese cansada de su insistencia, pero le encantaba

Pidieron por Glovo un Kebab para cada una y se sentaron en el sofá para comer en la mesa del centro. Pusieron la tele y comieron en silencio
Por el rabillo de ojo, Alba vió como Natalia luchaba con su kebab para que le cabiese todo en la boca. No pudo evitar reírse atragantándose con la bebida

SI DECIDES VOLVERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora