D O S

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El sol empezaba a ocultarse dejando un tono hermoso en el cielo entre rojizo y naranja.

La gente de la ciudad ya empezaba a dispersarse, en busca de un descanso luego de un largo día. Además para esa noche el pronóstico había indicado lluvia así que no muchas personas estaban dispuestas a quedarse hasta muy tarde por la calle.

Lamentablemente a Jackson le tocaba quedarse hasta el día siguiente de guardia mientras sus compañeros de trabajo se iban a casa a descansar.

Él se encontraba en su oficina intentando descansar una hora cuando toda su paz se esfumó cuando una de las enfermeras que atendían a Lina le dijo que había desaparecido de su habitación y no la habían encontrado. Inmediatamente tomó su bata blanca y salió de ahí en busca de la chica. Todos en el hospital la estaban buscando. Nadie sabía en dónde se había metido. El nerviosismo de Jackson se había apoderado de su cuerpo temía lo peor. Está chica podía hacer una locura. Él decidió subir al último piso del edificio y a lo lejos la miró cerca del barandal. Se acercó inmediatamente a ella.

— Lina ¿qué crees que estás haciendo? —preguntó este totalmente lleno de angustia.

Ella giró su cabeza para observarlo y sonreír cautelosamente.

— Tranquilo doctor Wang solo vine a ver el atardecer. —suspiró mirando al cielo.

— Joder, Lina, me has dado un susto enorme. —se acercó a ella y la tomó del brazo para así atraerla hacia su cuerpo. — Pensé lo peor. No vuelvas hacer eso. —la alejó un poco para verla a los ojos.

— ¿Te has preocupado por mí? —preguntó sorprendida.

— Sí. —respondió. — Le avisaré a los demás que te he encontrado. —sacó su celular y envió un mensaje a su compañero de turno para que ya no la busquen más.

— Gracias doctor Wang. —lo abrazó haciendo que él se tensara.

— No agradezcas Lina. Es mi trabajo tenerte sana y salva. —habló mirándola. — Creo que debemos de volver a dentro. No tarda en llover. —se acercó a la puerta para abrir de esta.

— No aún no. Me quedaré un rato observando la cuidad. —se alejó de este para así sentarse en un pequeño banco que estaba cerca de ellos.

— Bien. Me quedaré contigo. —volvió a cerrar la puerta y tomó asiento al lado de ella.

En el cielo, empezaba aparecer ese conjunto de nubes grandes e imponentes, cargadas de lluvia. No tardaría mucho para que una tormenta cayera sobre la ciudad. Y ellos lo sabía, por el aroma a humedad en el ambiente. El viento sopló, agitando el largo cabello claro de Lina tapando su cara inmediatamente quito de este llevándolo detrás de sus orejas.

— Creo que me gustas doctor Wang. —susurró.

Lina alzó sus ojos a él, notando cómo esa sonrisa se borraba de él. ¿Había dicho algo indebido? Pronto supo que sí así que su expresión se suavizo y deshizo de igual forma esa sonrisa.

— Lo siento no debí decirte eso. —dijo ella con nerviosismo.

— Lina... —mencionó su nombre.

— Sé que está mal pero no pudo evitar tener sentimientos por ti. —suspiró. — Llevo aquí casi un mes conviviendo contigo y mis sentimientos empezaron a crecer. —volvió a susurrar mientras su voz se cortaba.

— Lo siento Lina.

Lina lo miró con cierto arrepentimiento pues él la observaba con seriedad y un tono de voz muy neutro así que se apresuró a negar con la cabeza, un par de veces.

— Discúlpame no tenía que decir eso. —dijo rápidamente. — Por favor olvida lo que acabo de decir. —suplicó a punto de llorar.

— Yo no puedo corresponder a tus sentimientos Lina. Lo siento. —hablo él mirándola y dando un fuerte suspiro.

Una fría gota de lluvia golpeó contra ellos. Una y luego dos, tres y miles más que empezaron a caer sobre ellos con una velocidad alarmante.

Lina corrió, sin saber en qué dirección. Simplemente tomó el camino por donde había llegado aquel lugar.

Jackson inmediatamente intento seguirla pero la había perdido de vista. Al final se detuvo en las escaleras para poder recuperar el aliento. Cerca de él pudo escuchar unos pequeños sollozos siguió estos hasta encontrarse a la chica toda empapada mientras temblaba ligeramente agachada en cuclillas en una de las esquinas.

— Lina. —susurró este suavemente para llamar su atención.

Alzó sus ojos y los posó en él pero no podía ver muy bien ya que estos estaban llenos de lágrimas. Jackson se agachó quedando a la misma altura que ella y la abrazó con suavidad. La chica empezó a sollozar más mientras se aferraba al hombro de él.

Jackson suspiró suavemente y le susurró al oído. — Mis sentimientos hubieran sido correspondidos si tuviera permitido hacerlo, Lina. 

Hopeless | Jackson WangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora