PROLOGO

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Tal vez no lo había pensado bien antes... Quizá era como una de esas veces en las que actúo primero luego pienso.

Harry tiraba de mi brazo mientras corríamos a más no poder, teníamos que cruzar el puente, el lugar se estaba cayendo en pedazos y aún no llegábamos a la salida; bajamos las escaleras a una velocidad que no podía creer, vimos la puerta a unos pasos, pero justo antes de llegar unos escombros cayeron frente a nosotros impidiéndonos el paso  —No puede ser— susurré bajito suspirando agitada —¿Qué hacemos ahor...— no pude terminar la pregunta cuando Harry jaló de mi brazo arrastrándome a una ventana de vidrio rota, levantó una piedra de los escombros para terminar de romper el vidrio —Ven— dijo y pase frente a él, me sujetó de la cintura levantándome para ayudarme a salir y cuando caí al otro lado sentí como el piso tembló más fuerte que antes, creí que era por todo lo que se estaba derrumbado hasta que escuché un crujido a mi izquierda, vi como una grieta se estaba formando en el suelo —¡Agh! — escuché un quejido proveniente de Harry —¿Qué pasó? ¿Estás bien? — pregunté preocupada volviéndome hacia él —Estoy bien, no es nada, corre— dijo tomándome de la mano y empezando a correr de nuevo; el puente no se hallaba muy lejos, así que corrimos, pero cuando llegamos vimos que ya no estaba y en su lugar había un vacío, se había descolgado; frené en seco sujetándome la cabeza, todo estaba mal, Harry se acercó a la orilla ¿Cojeando? ¿Por qué? en ese momento vi un rastro de sangre que iba dejando de su pierna derecha —Debemos saltar, hay que tomar distancia, correr y saltar, vamos— dijo mientras se daba la vuelta hacia mi —No puedes saltar así, déjame curarte— dije señalando su pierna —No es nada Keira, no tenemos tiempo— dijo tomándome del brazo y jalando de este mientras cojeaba hacia la dirección de la cual íbamos a correr y así impulsarnos para poder saltar al otro lado —Harry déjame curarte, por favor, no podrás saltar así— lo frené tomándolo del brazo —Has perdido mucha sangre— dije mientras veía el suelo —Por favor— supliqué una vez más viéndolo a los ojos, sus ojos verde esmeralda que estaban perdiendo color, sabía que estaba débil —Esta bien— suspiro cansado —No tenemos tiempo Keira, no lo hagas perfecto— dijo mientras sacaba el vidrio incrustado en su pierna y yo asentí rápido con la cabeza; froté mis manos viendo como el fuego se avivaba entre ellas y las puse con un poco de brusquedad sobre la herida, Harry soltó un gemido ahogado "lo siento, no hay tiempo" pensé y me disculpé con la mirada a lo que él asintió; la herida cerró e inmediatamente nos pusimos de pie —Tienes que correr Keira, sin dudar, corre con toda la velocidad que tengas y salta lo más alto que puedas, cuando llegues al otro lado espérame adelante ¿Me estás escuchando? ¡Keira! — levantó la voz al ver que no lo estaba viendo, sí lo estaba escuchando, pero de reojo lograba ver como la grieta que había visto al salir por la ventana se hacía más grande, el piso temblaba y él no se había percatado de la grieta, el suelo no iba a soportar más, iba a colapsar y yo ya no tenía fuerzas, mi vista se nublaba un poco, la poca fuerza que me quedaba se agotó cuando le curé la pierna —Harry, necesito que saltes primero— le hablé firme —No, tú saltaras primero y me esperarás— dijo señalando el otro lado —Necesito que lo hagas... Necesito que me atrapes, sé que caeré, no voy a poder— dije tomándolo de los brazos —Por favor, confía en mí, es la única forma— dije mientras tomaba su mandíbula con mi mano y detallaba su rostro; lo vi a los ojos y le planté un corto beso en los labios —Hazlo ya, corre— dije apartándome de él dándole espacio para que tomara impulso, Harry asintió con la cabeza decidido se dio media vuelta y corrió a toda velocidad, dio un gran salto y alcanzó a llegar un poco después del borde del otro lado, freno y se dio vuelta hacia mi sonriendo por haberlo logrado y yo estaba igual, sonriendo mientras unas cuantas lagrimas caían de mi rostro, Harry al verme dejó de sonreír y frunció el ceño, no entendía por qué  hasta que el piso tembló demasiado fuerte, pero yo no reaccioné, yo sabía porque era; Harry dirigió su mirada hacía la grieta de la cuál no se había percatado antes, abrió mucho los ojos y en ese momento lo entendió todo —¡Corre Keira, corre! — lo veía todo en cámara lenta, Harry me gritaba a lo lejos con sus ojos cristalinos y su rostro lleno de preocupación, incluso así se veía hermoso... Amaba su rostro, amaba sus ojos, amaba tantas cosas de él que prefería verlo bien a él antes que a mi y jamás se lo iba poder decir... Le sonreí y en ese momento recordé por todo lo que pasamos antes de llegar aquí... Justo antes de que el suelo bajo mis pies se colapsara...

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