Fuiste mi amor más grande, pero no correspondido

49 3 0
                                    

¿Qué haríamos en la vida sin amor? El amor mueve montañas, pero también es capaz de invadir nuestras mentes hasta el punto de que seamos un mar de dudas. Unas dudas que nos acompañan aunque nuestra relación de pareja vaya bien porque, ¿cómo sabes si realmente es la persona de tu vida? En la vida real no ocurre como en las películas de Hollywood. Resulta que el amor no lo puede todo y así nos encontramos con amores imposibles, historias de amor que acaban mal por factores externos a la pareja, o que terminan antes de tiempo. Y otras veces, la historia de amor ni siquiera comienza. Quiero dedicar especial atención a esos amores que no pudieron ser, por el motivo que fuera, porque no tuvimos suficiente valor para arriesgarnos, porque nos encontramos en el tiempo y lugar equivocados. Para todas esas historias de amor que tuvimos que dejar a medio vivir, para esos amores de los que nos alejamos amándolos todavía.

No siempre se llega a la vida de las personas en los momentos adecuados, de hecho muy pocos tienen la suerte de tener esa casualidad de conocerse y encajar, es entonces cuando se crea el muy llamado "Cuento de Hadas" en donde todo es perfecto, en donde las fallas son mínimas o sencillamente nulas, donde el amor puede con todo y entonces si existe el tal "Felices para siempre" de todos aquellos cuentos de hadas con los que muchos sueñan.
Llegué a tu vida después de una tormenta eléctrica en mi corazón, después de desechar cualquier esperanza posible ante el amor, justo cuando pensaba que todo estaba perdido y estaba decidida a estar sola, estaba cansada de las excusas de siempre y los cuentos, de enamorarme de los ideales de personas y no de las personas. Llegué a tu vida y de repente todo comenzó a ser perfecto, tal y como lo había soñado, porque claro ... lo tenías todo; tenías todo lo que siempre había añorado, tu personalidad encajaba con la mía, nadie podía entender mi mente de la manera en la que tu lo hacías, tus ideas y las mías se conectaban más que cualquier cosa en el planeta, compartíamos los mismos gustos, con tan solo miradas entendíamos todo lo que pasaba en lo más profundo de nuestro ser – incluso hasta considerarte mi alma gemela y se lo decía a cuanta persona me preguntaba por ti -. Me marqué tu nombre en la piel, sin tener que usar letras, caminamos en pedacitos de cielo.
Pero... Colorín colorado este cuento ha terminado y ni siquiera ha empezado?
Todos estamos adictos a algo, yo por ejemplo estoy adicta al amor, en especial a esa clase de amor imposible que nunca será, ese amor terrible que te hunde hasta lo más profundo del universo, ese que es un vicio imposible de dejar. Esa clase de amor/desamor que te crea una demencia sin sentido. Te confieso que sentía amor por ti, amor de ese que consume, que se apodera de todo tu cuerpo, que cuando sientes que se acaba, la vida se va con el. Sentía amor del puro, del que nunca antes había sentido por alguien; me enamoré de ti sin esperar nada a cambio, nada más que amor correspondido, algo que ya no puede ser. Pero aprendí a ver como me querías a tu manera, a entender tus miradas dulces después de apartarme de un abrazo o incluso tus poemas entre líneas que esperabas que yo comprendiera; una serie de detalles que me llenaban cada vez más, que me daban alas, que me hacían volar altísimo y mi corazón latía a mil por segundo, me dolía amarte tanto, en especial porque temía no poder amar nunca a nadie más que a ti. Curiosamente, te convertiste en mi mejor amiga aún cuando tenía ese sentimiento de por medio, conocías mis debilidades, mis sueños, conocías mis locuras, mis secretos más oscuros, sabías como calmarme, como hacerme morir de la risa, sabías todo de mi. Sabías incluso que mi manera de mirarte no era como la de cualquier persona, porque soñaba todo contigo. Mi sentimiento creció tanto, que te alarmaste y poco a poco tratabas de alejarme, no era saludable sentir tanto, mientras tus sentimientos no me correspondían a mi. Así fue pasando el tiempo. Nos enredamos en un vaivén de sentimientos, de posesiones y de obsesiones. Si, tal vez tienes toda la razón, llegué a tu vida después de una tormenta eléctrica en mi corazón pero la tuya apenas comenzaba y no me di cuenta, estaba negada a aceptar que era yo quien sentía todo y quien creaba su propia realidad  -no, no es tu culpa, tampoco es algo malo, solamente tu corazón se encontraba en un estado totalmente diferente al mío-. Fuiste y seguirás siendo mi mejor recuerdo, quizás mi mejor compañía, mi favorita, mis ganas de estar despierta hasta muy tarde, mi café de aeropuerto, mi jugo de naranja de avión. Seguirás siendo la razón por la que veo el cielo diferente, de mil colores más y la música con todas sus armonías y significados extraños. Así mismo, serás para siempre mi más grande frustración como precio de la inspiración, lo que siempre desee y nunca sucedió, mi dolor más grande en el corazón, mis lagrimas más fuertes, mis ganas de querer desaparecer del mundo entero. Eres mis dos polos opuestos, un sentimiento bipolar difícil de entender, el cielo y el infierno, el amor en todo su éxtasis y el más profundo desamor.
Pero es hora de dejarte ir y de yo partir, estoy cansada de quedarme e incluso de fingir que me voy y que tu no me detengas, me agarres la mano, me abraces y finalmente me digas que me quede porque eso jamás sucedió, es momento de seguir por mi vida descubriendo miles de cosas, dejando mi imaginación volar, morirme de la risa y dejar de llorar. Debo comenzar a ser fuerte una vez más.
Yo te deseo días de magia y felicidad, como los que me diste a mi siempre. Porque alejarse también es un acto de amor, aunque duela en el alma y te parta en dos.
Sin embargo, te recuerdo que el mundo es redondo y aunque los caminos se bifurquen algún día nos cruzaremos de nuevo.
Fuiste mi amor más grande, pero no correspondido

Frases en la madrugada🌙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora