La caza

indefensa

¡No! ¡No, ella no lo aceptaría! Ella lo atacó de nuevo, la criatura cayó, pero como antes, aunque solo un poco más lentamente, se puso de pie nuevamente. La muerte se rió a su costa. Había visto la muerte antes, pero nunca había pensado que podría aparecer en la forma de una criatura tan hermosa como esta. Estaba cubierto de un largo pelaje blanco como la nieve, que brillaba con un dorado brumoso donde los rayos de sol lo golpeaban. Una longitud de pelaje más gruesa y un poco más sucia, de color nieve, se extendió desde debajo de su pecho para pasar sobre su hombro derecho para encontrarse nuevamente, después de estirar una buena distancia a través de su cuerpo en un ángulo a la izquierda. Sus orejas tenían una forma poco común. Estaba construido sobre músculos, que se abultaban incluso cuando respiraba. Sus ojos eran de un rojo carmesí, más espeso que la sangre. Era ... un demonio Inu.

¿Un perro demonio?

¡Si! Un gigante demonio perro blanco. Mientras jadeaba, la miró atentamente. Ella también estaba hipnotizada por sus ojos de sangre. Al salir de su estupor, estaba a punto de atacarlo nuevamente, cuando una luz brillante cubrió su cuerpo, casi cegándola con su intensidad. Sintiendo la energía del demonio, no disminuyó, sino que se restringió, abrió lentamente los ojos. El demonio había desaparecido.

Pero entonces, ¿por qué todavía podía sentir su aura dominante?

Un destello de algún tipo apareció en su visión. Lentamente bajó la cabeza del cielo, donde solo hace unos momentos la miraban los ojos de un demonio perro, a una pequeña forma en la distancia. Sus ojos se abrieron. A lo lejos, estaba un hombre. No, no un hombre, sino un demonio que había asumido la forma del hombre. Ella no estaba corriendo ahora, pero su respiración todavía la dejaba de nuevo. La muerte nunca antes se había visto tan hermosa.

Pero, ¿podría la palabra 'hermosa' estar asociada a un hombre?

Tenía el pelo largo, plateado y blanco que le colgaba hasta muy por debajo de la cintura, tal vez incluso hasta la rodilla. Era alto, vestido con una tela blanca de aspecto caro, con una faja amarilla y morada alrededor de la cintura. Su piel era perfecta, más pálida que la de ella, pero de alguna manera más brillante. Tenía unos ojos asombrosos. Eran dorados y tan intensos como el sol. Lo que parecían rayas magentas, dos de ellas a cada lado, surcaban los lados de su cara. Sus párpados eran de un tono similar, pero más hacia el rojo. Tenía una luna creciente en la frente. Una gruesa piel furiosa se precipitó sobre su hombro derecho para balancearse detrás de él. Realmente era hermoso. La muerte había encontrado lo que ella pensaba que era el espécimen masculino perfecto que podía verse hermoso y aún ser lo suficientemente hombre. Realmente era hermoso. ¡Pero espera!

¿No lo ha visto antes en alguna parte?

Ella odiaba su pasado. Entonces le tomó un tiempo recordarlo. Y cuando lo hizo, sintió ... nada. Solo lo había visto una vez, con una niña pequeña. Una niña humana. Entonces no lo había visto bien, pero estaba segura de que el demonio que estaba frente a ella era él. Él era esas cosas, medio hermano. El señor de las tierras occidentales. Tenía el brazo hacia atrás. Y había crecido para volverse aún más poderoso. Ella sabía muy bien quién había sido su padre, por lo que no fue una gran sorpresa que el hijo se llevara detrás de él. 'Sesshoumaru' era su nombre.

No se parecía en nada a su medio hermano. Estaba tranquilo y sereno. De hecho, él parecía demasiado tranquilo, y eso la ponía nerviosa. Era como si tuviera total confianza en que podía hacer lo que quisiera con ella. La idea la hizo ponerse de pie y retroceder unos pasos, el miedo nadando a su alrededor otra vez.

Casi jadeó cuando sus ojos brillaron carmesí algunas veces. El monstruo puede haberse ido, pero el depredador, el depredador todavía estaba allí. Ella observó cómo él sacaba su espada, con su vaina, y la dejaba caer al suelo.

¿Que estaba haciendo?

Ella no sabía. Y pensó que realmente tampoco quería saberlo. Ella cometió un error. Ella lo atacó de nuevo. Pero él había desaparecido. De repente sintió un aliento caliente en su cuello, y su aura se desenmascaró detrás de ella. Ella se congeló de nuevo.

"Eso fue una tontería, sacerdotisa". él raspó en su oído, enviando más escalofríos por su cuerpo.

Hubo un ligero movimiento, y se encontró en un abrazo de un brazo. Su nariz se movía hacia arriba y hacia abajo a lo largo de la parte posterior de su cuello, como si estuviera captando su aroma.

"Umm ... bonito ..." su voz como seda, salió de nuevo.

Ella se retorció en sus manos, pero fue en vano. Parecía que el miedo se había asentado en ella permanentemente. Ella no pudo encontrar sus poderes. Era como si ya no los tuviera. La dejaron indefensa y completamente a su merced.

¿Misericordia?

Era algo que ella no les daba a los demás. ¿Había alguna razón para suponer que él trataría con ella de la misma manera? No, él era un demonio después de todo. Hubo una mancha de movimiento. Se encontró apoyada en un árbol, frente a él, sus pies apenas tocando el suelo mientras él la sostenía por el cuello. Ella jadeó una vez más, cuando él bajó su rostro hacia su cuello y percibió su aroma.

Su aliento caliente ... fue más que suficiente para arruinar su concentración ...

Continuará...