¿ 𝘺 𝘘𝘶𝘦́? [ Dr. Flug | Villainous ]

"T R E S"

(__________)

A este punto, quería volver a casa y quejarme de que no quería ir a trabajar.

Quiero a mi amá.

Abrí los ojos sin prisa y con lentitud, acostumbrando mi vista a la luz que entraba por la ventana.

Con cuidado me senté en mi cama. Estaba en la cabaña de nuevo ¿Qué pasó? Únicamente recuerdo cómo me recargaba en un árbol y después todo es oscuro.

—Despertaste.

Habló Matt, él estaba junto a mi, parecía que estaba leyendo alguna revista o un cómic, no lo sé la verdad.

—¿Qué fue lo que pasó?— acomodé un poco mi cabello, debe de estar hecho un desastre ahora mismo.

—Te desmayaste.

NO ME DIGAS.

—Eso lo sé, pero ¿qué pasó después?

Matt abrió la boca, pero antes de que alguna palabra saliera de su boca la puerta de la cabaña fue abierta dejando ver aquella bolsa de papel que me parecía algo graciosa.

Era él consejero, se le notaba bastante tranquilo... o eso creo, es bastante difícil leerlo con esa bolsa de papel en la cabeza y no puedo estar del todo segura si únicamente puedo leer su movimiento corporal.

—Oh... despertaste.

Detrás de él entraron Nora y Sara, cargando entre las dos una cubeta color rojo que venía tirando un poco de agua por el movimiento nada coordinado de ambas.

Flug se giró hacia ellas.

—Ya no necesitaremos el agua con hielos, pueden ir a tirarla.

¿El agua con qué?

—¿Espera qué?

—Ah mames pesa mucho— Se quejó Nora sobando su cadera —Cro que me quebré la columna...

—No te puedes quebrar la columna cargando una cubeta, Nora— le explicó Sara acomodando sus lentas que estaban un poco caídos.

—[ ¿Interrumpimos?
Un poco, sí. ]

Otro hermoso día había concluido en el campamento terminando con clases de teoría y eso, a diferencia de ayer ya no estábamos tan cansados.

Creo que me estoy acostumbrando a esto...

No de hecho no, saquenme de aquí por favor.

—Oye...  _____________, ¿cierto?

Levanté mi mirada, encontrando mi mirada con la de Nora, me caía bien pero a veces me daba miedo.

—Ajá.

—Casi no hablas— comenzó a quitarse los tenis y después se recargo hacía atrás sosteniéndose con sus manos. —¿acaso te caemos mal?

¿Por qué la gente piensa eso?

Quería decirles que todos aquí me daban un poco de miedo, pero no podía decirle eso.

—No, para nada.— traté de restarle importancia al tema.

—Déjala en paz, Nora— habló Sara quitándose sus lentes —Apenas dos días aquí y ya estás haciendo ideas— excusó.

¿Me estaba defendiendo?

Las dos comenzaron otra platica dejando la pregunta inicial de Nora en el olvidó.