¿ 𝘺 𝘘𝘶𝘦́? [ Dr. Flug | Villainous ]

" O C H O "

PoV. Narrador.

—¿Consejeros? ¿Nosotros?— preguntó confundida la pelirroja.

—¿Consejera? ¿Nora?— está vez habló el albino.

La chica lo miro con cara de pocos amigos para luego restarle importancia al asunto como si Matt nunca hubiera dicho nada.

—Sí, consejeros ¿no están prestando atención a lo que les estoy explicando?— Comentó Flug molesto. —No serán todos ustedes, también pueden elegir ser pasantes con un villano de nivel bajo o medio para aplicar sus nuevas técnicas.

Explícitos brevemente mientras mantenía su mirada agachada en un cuaderno pasando y regresando entre las hojas.

—[¿Celoso?
¡Ja! ¿Yo?... ]

—Probablemente elija ser consejero aquí.

—¿Bromeas?— respondiste a lo que el albino negó. —¿Por qué?

—¿Por qué no?— se encogió de hombros —Yo también quiero ser el dolor de cabeza de alguien.

—Ya eres mi dolor de cabeza, Matt.— bromeaste.

Este cubrió sus labios con las puntas de sus dedos mientras figuraba sorprenderse.

—Es lo más hermoso que me has dicho en todo lo que llevamos de campamento— extendió sus brazos hacia ti para abrazarte de una manera asfixiante. Solo por molestarte.

—¿Quieres apartarte?— te moviste con dificultad tratando de safarte de su agarre.

—Ah, Matt, _________________________, aquí están.

Los interrumpió un tercero en su escena.

—Doc— habló primero el albino soltandote para saludar al recién llegado con una sonrisa.

Te sentaste mejor en la banca donde estaban ambos sentados, acomodaste algunos mechones de cabello que se habían desordenado.

El mayor los miro a ambos con una ceja arqueada, figurando no prestarle atención a la situación en que los había encontrado.

—Matt, es tu turno de estar en paquetería— señaló al chico con un bolígrafo.

—¡Cierto, lo había olvidado!— se levantó de inmediato, se despidió brevemente y salió en alguna dirección del campamento dejando a ambos solos.

—Te llevas bien con Matt.

Comento serio.

—Sí algo, después de todo so... espera— frenaste tus palabras —¿Estás celoso?

No es que lo pensaras, de hecho el mismo se había dejado en evidencia, su tono de voz, como sostenía el bolígrafo, su postura y su mirada te decía a gritos que estaba celoso.

—¿Qué?

Rápidamente él mayor cambió su postura y abrió sus ojos con sorpresa para luego intentar restarle importancia.

Él ya sabía que podías leerlo como un libro abierto. Pero a veces lo olvidaba.

—¡Lo estás!— reafirmante, señalandolo con tu dedo índice de manera obvia.

—¡Baja la voz!— este tomó tu mano para bajarla y dejarás de señalarlo.

Reíste por su acción. No podías ver sus expresiones pero estabas casi cien por ciento segura de que estaría rojo de la vergüenza por exponerlo de esa manera.

Mientras que Flug no entendía cómo es que dejaba que una simple mujer lo dejara en evidencia de esa manera.

Oh cierto, le gustas. Ya recordó el porqué.