[8]

14 2 0
                                    

El es mi amigo mama, lo conocí en la playa un día. -le dije.

¿Y porque nunca nos enteramos de que el existía? – pregunto dudoso.

¿Apoco tengo que contarle todo? ¿Tengo que hasta hablarles de mis amigos? ¡Es extremista que aún me sigan hostigando, soy mayor de edad!

Hija, todo es por tu bien, entiende que te amamos. -habla mi papa.

En fin, tenemos cosas que hacer, y un viaje que planear. -esto es clásico- te veremos en cuanto podamos.

En cuanto salieron por esa puerta, decidí ducharme y tomar un rato de spa. Me rasuré completamente e hice unas cuantas mascarillas para exfoliarme, al rato salgo y pensé en salir y comprar comida y volver a casa para hacer un Maratón de mi saga favorita.

Me puse un jean y un hoodie, mis conversé negros y me solté el pelo, mi pelo normalmente es algo ondulado y lacio, desde pequeña siempre lo he tenido largo y lacio, hasta hace dos meses que me di un corte, bastaba con lucir un labial de brillo, y ya.

Mientras bajaba a mi estacionamiento recordé que mi auto quedo en el fondo del mar. Y LES JURO QUE NO QUERIA, no quería hacerlo. No después de ver que me trajo por necesidad y no por que le naciera. Pero sentía que era mi única esperanza.

Hasta que de repente recordé. ¡Existen los Uber Eats! Así que subí a mi departamento después de varios minutos como una pendeja parada y que la seguridad de la noche me viera con cara de ¿y a esta que le pasa?

subí y antes de le pedí al mismo que cuando llegase que subiera al departamento A7 con el pedido. Después de media hora esperando mis papas y Nuggets tocan la puerta voy feliz con mi sonrisa ancha, y cuando abro la puerta veo a Aleec, con su cara roja y moretones, con sangre por sus labios y lo primero que se me ocurre es entrarlo a la casa. Estaba en shook ¿QUE DIABLOS PASO? Pues de nuevo sonó la puerta.

Aguarda aquí. -recibí el pedido y pagué.

Pongo mi antigua prioridad en le desayunador y le prestó atención al chico agolpeado frente a mi sentarse en el mueble y abriendo los labios para decir;

Creo que lo dejé muy mal -lo primero que pensé fue, ¿qué diablos? -estaba insultándote frente a mí, a tus espaldas, y no iba a dejarlo salirse con la suya, así que les entre a puñetazos. ¿Estuve mal? -pregunto con cara de perro arrepentido.

No, gracias nuevamente, pero no vuelvas a dejar que te tope un solo pelo. -pause poniendo una mano en mi cintura. -iré por el botiquín, espera aquí.

En cuanto volví me senté a su lado, les curé algunas heridas con un poco de gaza y aerosol para los moretones. La boca y la sangre, era lo que más temía curar. En cuanto el alcohol hace contacto con sus labios heridos y rotos hace un mohín y evita el algodón que tengo en la mano.

Ten mas cuidado suelo ser insensible en cuanto al dolor. No quiero lastimarte -ay si, señor sensible.

¿Podrías dejar de moverte? – en el labio inferior hay una herida más grande así que tendré que cambiar el algodón por uno nuevo.

Mientras lo cambiaba, Aleec solo movía la cabeza hacia atrás mientras gemía de dolor por algunas partes internas creo. Al momento de pasar su labio inferior pensé que lo que me decía antes era falso, pero le creí en cuanto vi que al hacer contacto con su labio tomo mi muñeca con fuerza y en un segundo estaba sobre mí.

Te dije que tengas mas cuidado. -decía mientras me miraba fijamente.

¿Puedo ir a comerme mis papas? -dije esperando una respuesta de su cuerpo, porque el mío estaba petrificado. – creo que se enfriaran.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 22, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

CERCA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora