Historias de sangre para vampiros sedientos.

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Yena: ¿¡Por qué tengo que vestirme así!?

Hitomi: Pues...

Yukari: Eso te pasa por pedirle a tu novio que se pusiera un calzón ajustado. Debiste pensar que querría que le devolvieras el favor.

Yena: C-cállate... ¡Uy!

Dani: Pero que buenas vistas.

Yena: ¡Bájame la falda!

Un poco de sangre me salió de la nariz:

Dani: ¿Por qué?

Me levanté, pero noté a Chii mirándome muy fijamente:

Me levanté, pero noté a Chii mirándome muy fijamente:

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Dani: ¿Chii? ¿No irás a...?

*

Dani: Venga, olvídalo, no fué para tanto.

Chii: Es que...

*

Un par de horas antes:

Dani: ¿Chii? ¿No irás a...?

Antes de que pudiera decir nada más, Chii se me echó encima y empezó a lamer la sangre.

*

Presente:

Chii: Lo siento.

Miki Hadano(Presidenta): No solo os he llamado por la falta de control de Chii. -derrepente se quita la ropa y queda en paños menores- Dios, no podía aguantar más.

 -derrepente se quita la ropa y queda en paños menores- Dios, no podía aguantar más

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Dani: ¿¡Quién es a la que le falta control!?

Presidenta: Esa no es la cuestión. Dani, una vez a la semana Chii beberá de tu sangre.

Un silencio sepulcral invadió la sala:

Chii: ¿Tengo que succionar... a Dani?

Miki: Exacto.

Dani: P-pero no sé si a Yena le parecerá bien...

Yena: No me importa.

Tanto Chii como yo saltamos asustados. Entonces se acercó a la murciélago y la miró amenazántemente:

Yena: Pero como vea que te pasas de lista te mataré.

Chii: N-no pasará.

*

Chii: Bueno, ¿estás listo?

Dani: Sí. Creo.

Noté el aliento de mi amiga en el cuello, y cuando clavó sus colmillitos en él di un pequeño repingo. No era desagradable, pero notaba una tensión en el ambiente que tenía miedo de romper. Noté como Chii se apartaba y me ponía una venda en las dos pequeñas pintitas rojas que sangraban poco a poco:

Chii: G-gracias. Contigo no tengo miedo...

Dani: No hay de que.

Me levanté para irme, pero noté como me daban un beso en la mejilla:

Chii: Gracias por dejarte.

Sonreí y asentí.

*

Narra Yena:

En circunstancias normales me habría puesto como una furia, pero Hitomi me ayudó a entender por qué Chii le había dado ese beso a Dani. Me daba rabia, pero Hitomi tenía razón, no era para tanto. Pero iba a observarlos para que a esa murciélago no se le despertaran las hormonas con mi novio:

Dani: Pero que buenas vistas.

Yena: ¡Deja de mirarme el culo pervertido!


Por tí lucho contra un león.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora