-Seto... ¿Tú enserio me odias?.
El peli-marrón quedo callado a esa pregunta, volteó a verlo con cierta sorpresa, Yugi mirada el suelo con cierta tristeza, ¿cómo no? esto empezó sin razón y se dejaron llevar por sentimientos que les gustada sentí con...
Atem no me respondió, simplemente me miró para encogerse de hombros, suspiré agarrado mis piernas, debo de admitir que me siento mal, acepta... ¡acepta ser el amante de Seto me tiene nervioso!, después de todo, llegué a mi casa y me eche a dormir deseado pediré consejos a Atem, pero debes le dije todo...
No me ha dicho nada.
Me siento regañado, un idiota por actuar así, quizás no debí acepta.
—Yami, responderme por favor...—susurré dejado escapar un suspiro el me miró para sentarse a mi lado.
—Creerme que no me gusto nada eso.
—Ya sabía yo...
—Yugi,no puedes acepta tener una relación así, ¡menos siendo... literal el amante!—se levantó empezado a camina en círculos, lo miré—¿Sabes lo qué eso significa?.
—Sí lo sé... pero no lo sé—miré otro lado, haciendo que me mirará con cierto sarcasmo—Acepté por que... me gusta como me hacer sentí Seto—me abrace a mi mismo, Atem encargo una ceja, obviamente confundido—Es... algo especial, raro, pero me gusta y creo que quiero aprovecha eso para seguir sintiéndolo... raro.
—Sí, muuuy raro y más en ti—suspiro—Escucha Yugi... bien, acepto esto por un tiempo, pero quiero que me cumplas una promesa.
—¿Cuál?—lo miré.
—Como te dije antes de irme, deseo verte feliz, y ciertamente no quiero que tengas una relación en secreto con Kaiba, no por que lo odio, si no por que no quiero que el te vea como el plato de segunda mesa.
—Ser más directo Yami...
—Intenta no sé... salir con Joey, o algo por lo igual, no deseo que seas literal la segunda opción de Seto.
—Mm...—suspiré para levantarme—Esta bien, te lo prometo—sonreír, el me regreso la sonrisa para abrazarme.
—Te deseo un buen día...
—¡Hey espera no!.
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Abrir mis ojos a escucha mi alarma, suspiré para apagará algo molesto, terminé por levantarme y ir a el baño, luego de esta listo me despedí de mi abuelo, me fui sin tanta prisa a mi colegio, ciertamente era muy temprano, todo por esa alarma y lo que me dijo Yami.
—¡Hey Yugi!.
—¿Hum?—volteé, para luego sonreír—¡Tea!.
Ella corrió hacia mi para luego darme un abrazo, reír un poco para corresponder, para luego seguir el camino con ella.
