Prólogo

496 22 3
                                    


—No puedes ser un héroe.— le escupe sin tapujos al pequeño oji-verde.

—Q-Que...?—. Lagrimas de tristeza amenazan en salir allí mismo.

¿Por que?, se preguntaba el chico.

Mi héroe me declaró que yo no podía ser uno.

El héroe más grande y valorado del mundo, me dijo que yo nunca podría ser un héroe sin un quirk.

Lo siento niño, pero esa es la cruel realidad.—Termina de hablar el mayor.

—C-Como te atreves~— susurra el pecoso.

—Eh?

Como te atreves a decirme algo así cuando el verdadero tu no es más que un patético hombre anoréxico?!.—Sus palabras fueron duras como roca y tan sinceras que hicieron que el mayor se sobresaltara.

—Ya lo dije antes, está es la realidad niño, si no puedes aceptarla eres aún más débil todavía.—El hombre no muestra ninguna pena por el chico.—Date por vencido, no tienes quirk, no eres héroe, y ya me tengo que ir, no me hagas perder más tiempo.—Dice esto para transformarse en su forma musculosa y de un salto salir de ese lugar, dejando al chico aturdido.

No puedo ser un héroe.
Nunca podré ser un heroe.
Jamás seré un heroe.

Lo sé, All might, soy débil.

Pero tu lo eres más.

Debería sentirme triste, afligido, derrotado pero en cambio...

Quiero vengarme.

Si no puedo ser el heroe,

Entonces...

Sere el villano.

Una sonrisa macabra brota en el rostro del chico.

Quien diría que este pequeño momento sería la llave para una gran puerta por la cual nadie desearía entrar, y que marcaría la vida de muchas personas en el futuro.

Oh, pequeña semilla, no te preocupes, cuando crezcas podrás devorar todo lo que se te atraviese en el camino.

Este es el principio del Fin.

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora