Capítulo 1: Un buen comienzo

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10 meses despues~

—Lo siento mamá pero ya me tengo que ir!.— No puedo creerlo, mi primer día y ya llegaré tarde.

—Pero y tu desayuno?, Andrea!.— Escucho a mi madre gritar pero la ignoro, no tengo tiempo!.

Corro a toda velocidad, pero no alcanza para poder acortar el tiempo.

—Demonios.!!— No me lo creó, mi primer día en la Academia no puede empezar así.

Y como siempre, se me ocurre una estupenda idea. Paro en seco y miro mis pies pensativa, ¿Realmente funcionará?, bueno, no pierdo nada con intentarlo.

—Concéntrate Andrea...— inahlo una gran bocanada de aire y la exhalo con lentitud.

Activo mi quirk y mis ojos se tornan blancos, me agacho poco a poco para lograr tocar mis zapatos arrastrando mis dedos hasta los pies.

—Corran.—Ordeno a mis pies y con el chasquido de mis dedos estos así lo hacen, mis ojos vuelven a la normalidad y la sensación del viento en mi cara me indica que lo logré.

—Si!, Jaja!, esto es increíble!.—Logro seguir corriendo a toda velocidad todavía con mi mente enfocada en la hipnosis.

Se preguntarán cuál es mi quirk, pues no es nada más y nada menos que la hipnosis o hipnotismo.

Solo que no es una hipnosis cualquiera, cuando acepte el poder de mi quirk solo tenía una meta en mente, Salvar al mundo.

Siempre fui una loca amante de la justicia y pensar que la podría ejecutar me lleno de fuerzas extraordinarias.

Mi quirk funciona de muchas maneras, puedo hipnotizar y manipular absolutamente todo, incluyendo personas, pero hay solo 3 medios por los cuales puedo hipnotizar a algo o alguien, El tacto, contacto visual y por mal que suene, la saliva.

Mis ganas de poder ser un héroe me llevaron hasta la increíble Academia U.A., donde espero poder lograrlo, además soy una recomendada, al parecer mi quirk se hizo muy popular cuando estaba en primaria, pero también mucha gente me trato de hundir en el mar de la inseguridad, argumentando que mi quirk nunca podría ser usado para el bien y eso muchas veces me llegó a frustrar incluso hubieron veces en las que pensaba que esos comentarios podían ser reales, pero siempre había algo que me decía que tenía que llegar hasta aquí y más, sin importar qué.

Tengo buena experiencia en combate también, estuve entrenando mi cuerpo y mente más de 3 años para cuando llegara este momento.

Y como si fuera casi coincidencia, ya estoy apunto de llegar a la gran Academia, emocionada me dejo llevar por mis pensamientos, haciendo que pierda el control de la hipnosis y caiga rotundamente en suelo arrastrandome.

No me lo puedo creer, cuando pensé que mi suerte estaba mejorando...

—Disculpe señorita, ¿se encuentra bien?.— una ronca y sensual voz me saca de mis pensamientos.

Todavía tirada en suelo o más bien sentada, levantó la mirada para ver de quién proviene esa, aunque sensual, espeluznante voz y mis ojos se encuentran con los de un chico de pelo verde, sus ojos del mismo pero su mirada es profunda, casi sin vida en ellos, lleva puesto un traje así como de mayordomo y con una sonrisa cínica me extiende la mano.

—A-ah, Y-yo... N-No, digo s-si, digo...Si!— No puedo creerlo mi suerte no puede ir peor.

—Está segura?, tuvo una caída muy fea, acepte mi mano para ayudarla a pararse.—Todavía con la mano extendida se inclina un poco más.

Rayos, sí no fuera tan terrorífico diría que es un príncipe.

*RING RING!

Maldición!.— Me paro rápidamente sacudiendo todo el polvo que tenía encima.—Gracias por tu ayuda, eh.... Señor Joven?.—Río nerviosa y salgo corriendo sin dejar que el peli verde alticulara alguna palabra.

Dulce VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora