Cap8 - Un Bello Desastre - Parte 1:Es Solitario en la Cima

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Es Solitario en la Cima

La oscuridad en la súbitamente fría noche cubría el callejón por donde los pasos comenzaban a retumbar. Un adormilado demonio emponchado, cuya forma debajo era la de una especie de ají rojo humanoide con rostro y  bigotes, se destapo un poco para  escuchar una tonada sentirse, como  si fuera emitida de una radio vieja...

Fijó la mirada en lo único que rompía la oscuridad de ese callejón, la luz emitida por los ojos rojos, la sonrisa maligna y el aura del Demonio  con traje rojo que caminaba en su dirección. En la distorsión de la radio un claro ritmo antiguo sonaba, y el alterado canto que parecía más una especie de gruñido infernal se hizo lo suficientemente claro para oírse una  frase del canto "Let's misbehave".
El demonio Ají y otros pordioseros que ocupaban los rincones del callejón prácticamente salieron disparados en otra dirección al sentir el amenazante ente que se acercaba. A Alastor no parecía siquiera importarle que estuvieran ahí. A lo lejos, subiendo algunas escalinatas de la desigual parte de la ciudad, podía ver la luz de su objetivo, de su rumbo, el bonito y colorido bar.  Con cada paso, su estatura crecía, junto a sus garras y  cornamenta.  No estaba seguro si podía oler a la cobra aquí, más que levemente, y tampoco estaba seguro si la Demonio Serpentoide, quizá el único desafío y molestis real que podía presentar en su contra el lugar estaba cerca. No importaba. Runas demoníacas se formaron alrededor de su mano, y el canto que continuaba se hizo indistinguible mientras adentro del bar, las luces comenzaban a parpadear.

 Zaza revolvía los ingredientes casi listos en la sartén cuando de golpe sintió el cambio de luz, y simplemente optó por prender y apagar el switch sin efecto aparente. 

Alastor acentuó su mueca sonriente. Solo un chasquido de sus dedos, y comenzará el pequeño y destructivo ardid.

Pero entonces, una serie de olores familiares comenzaron a bailar por su olfato, curioso, se distrajo unos instantes para reconocer de dónde venía el origen, y si no era un recuerdo que de pronto engañaba sus sentidos.
No, absolutamente no, y claro, porque no tenía motivo para estar pensando en Jambalaya...  Y aun así, los olores estaban ahí. El olor a  mariscos de las gambas,  el olor de los pimientos y el orégano sobresaliendo. "Qué curioso..."- dijo Alastor percibiendo que provenía del bar.

Las luces volvieron a la normalidad dentro de la cocina, aliviando a una despreocupada Zaza, que ahora se concentró en ver que todo en su sartén quedará perfecto.

- Bien, puse las gambas por último... y deberían estar listas mmm, - Zaza miró un temporizador que tenía justo a su lado- ahora... Sí, ya debería, - tomó el mango de la sartén para retirar del fuego y...

- Andouille, ha estado en todos los detalles, madame - La sorprendió materializandose  detrás de ella Alastor, observando lo que quedaba del embutido que había usado.

Zaza tuvo tal sobresalto que sacudió la sartén hacia arriba, regandose a si misma con parte del contenido, los granos de arroz quedando en su pelo.

- Pinche Demonio wey, ¡no mames! - protestó sobresaltada no sabiendo si mirar más enojada a sí misma cubierta por parte de la comida  o al Demonio de la Radio, el corazón de la mujer cabra de pronto latiendo fuerte.

- Oh, pero que desperdicio - Alastor la miró un momento, ¿quizá era una señal de que la cena estaba servida? Sin duda había tomado sabor. No, carne demasiado grasa para lo que buscaba ahora.

Hazbin Hotel - Vs. SeriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora