Capitulo 2

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Después de eso, llegaron las vacaciones de Navidad, un mes entero sin hablar ni verse, Natalie estaba bastante dolida, pero por culpa de la vida que tuvo se volvió fría, hizo un muro alrededor de sus sentimientos y no se permitió sentir nada desde hacía mucho tiempo.

Cuando volvieron a las clases, Natalie y Aiden seguían sin hablarse, y más bien era Natalie la que hacía que Aiden no existía, hablaba en el grupo con todos y a él lo ignoraba. Ella era muy orgullosa y no iba a ceder tan fácilmente. A sus 17 años nunca se había arrastrado por ningún chico y no iba a empezar ahora.

Pasaron los días, apenas fue una semana cuando Aiden intentó hablar con Natalie, pero ella le hizo un gesto levantando los hombros y apartando la mirada. Aiden se molestó y le escribió una nota. "Me da igual lo que ella me diga, no quiero estar asi contigo, no voy a dejar que me diga con quien hablar o con quien no. Lo siento. Aiden."

Natalie leyó la nota y la contestó: "Tú fuiste quien quiso ésto, tú eres quien tiene una novia demasiado celosa, nosotros solo hablamos porque nos llevamos bien, no hay nada de raro, asique no la entiendo, pero bueno, tu lo quisiste así. Natalie"

Tocó el timbre para el descanso, casi todos habían salido ya y Aiden agarró a Natalie del brazo y le preguntó si podía esperar un momento, que quería hablar con ella.

Cuando se quedaron solos Natalie fue la primera en hablar.

- ¿Que quieres?.

- Solo quería hablar contigo de todo esto, no quiero estar así contigo, me da igual lo que ella diga. Podíamos hacer algo para seguir hablando pero que Naya no se entere, no quiero más problemas. - Dijo Aiden mientras se encendía un cigarro en la ventana.

- ¿Y qué quieres hacer? - Preguntó confusa Natalie.

- No estoy seguro, podemos hablar en clase como siempre, pero cuando lleguen los descansos y los cambios de clase hacer como que no nos hablamos, ¿te parece? - Contestó Aiden mientras soltaba una calada del cigarro.

- Si es lo que quieres, vale. - Contestó Natalie mientras sonaba el timbre de vuelta a clase.


Todos entraron en clase, el profesor empezó la clase, mientras Aiden y Natalie siguieron hablando por notas durante todas las demás horas. Terminó el día y cada uno se fue para su casa. Los demás días transcurrieron igual, empezaban las clases y se enviaban notas durante todas las horas mientras los profesores y los demás alumnos daban las clases.

Uno de los días que tocaba gimnasia a última hora, Aiden le propuso a Natalie saltarsela e irse a algún lugar solos. Ésta aceptó, tampoco le hacía mucha ilusión dar la clase, así que cogieron sus cosas y salieron por la puerta aprovechando que salían los de bachillerato.

Por el camino, Natalie preguntó hacía donde iban, Aiden solo sonrió y dijo que cuando llegaran lo vería.

Llegaron a un museo, cerca del instituto pero lo bastante lejos para que no los vieran allí. Se sentaron en uno de los bancos escondidos y allí estuvieron escuchando música y hablando.

- ¿Quieres uno?. - Aiden preguntó ofreciéndole un cigarro.

- Ehm... vale. - Aceptó Natalie mientras lo cogía.


Ella no había fumado nunca, ese fue el primer cigarro que cogió en la vida, sabía a chocolate y desde entonces fumaba de vez en cuando.

Desde aquél día se saltaban los días que tenían gimnasia a última hora, se iban al museo y allí escuchaban música y fumaban.

Llegó el día del cumpleaños de Aiden. Natalie para darle una sorpresa le escribió una carta para entregársela cuando lo viera. Estando en la puerta, Aiden le dijo a Natalie que se saltaran las primeras horas a lo que ésta aceptó sin pensarlo.

Se fueron a la plaza de al lado y cuando se sentaron, Natalie le dió la carta que había escrito para su "hermano".

"Manito! Muchas felicidades!! Solo quería decirte que nos conocemos desde hace muy poco pero que te he cogido mucho cariño, el día que te pregunté si querías ser mi hermano porque yo no tenía me hizo mucha ilusión que dijeras que si, y que desde entonces seamos manitos me gusta mucho. Espero que pases un cumpleaños muy bueno y que te regalen muchas cosas.

Te quiero manito. Natalie."

Aiden al leerla le dio las gracias a Natalie y la abrazó tan fuerte que no podía soltarla. Éste le invitó a unos donuts en una tienda cercana en la que los hacían muy ricos. Después de un par de horas se fueron a clase.

Un día, después de clase, quedaron Natalie y Aiden para salir por la tarde pero una de las compañeras lo escuchó y dijo de salir ella también. Así que salieron los tres por el centro y a hacerse fotos y comer fuera. Ese día por primera vez, Natalie y Aiden se hicieron fotos juntos ellos dos solos. La tarde fue bastante entretenida solo que la compañera de ellos no sabía que iba de sujetavelas y que ellos querían estar solos. La tarde terminó y cada uno se fue para su casa.

A los pocos días Aiden volvió a intentar quedar con Natalie a solas por la tarde y esta vez se le acopló un compañero de ellos. No había manera de quedar a solas porque siempre había alguien que se enteraba y se apuntaba también.

Esa tarde fueron a casa de Natalie, pues su padre no estaba y podían estar allí. El problema es que no estaban solos. Se recorrieron toda la ciudad, fueron a un pub y se tomaron una copa, fueron a hacerse fotos a la plaza hasta que a la noche ya llegaron al parquecito de al lado de casa de Aiden. Allí se hicieron fotos mientras esperaban que llegaran por Natalie. Al poco llegó el novio de Natalie en el coche por ella y los dos chicos desaparecieron muy rápido.

Uno de los días iban a tener una reunión en el salón de actos y por tanto no tendrían todas las clases, solo las dos primeras, Aiden dijo que no iba a entrar y le preguntó a Natalie si iba a entrar. Ésta, pensando que estarían solos, aceptó. Mientras que decidían se acercaron dos amigos de Aiden y se auto apuntaron al plan.

Ya decidido todo, se fueron los tres chicos y Natalie hacia el fuerte que estaba en la calle de enfrente del instituto para fumar allí sin que los vieran. Cuando pasaron casi las dos horas, decidieron volver pero cuando estaban a punto de llegar, la subdirectora del instituto estaba en la puerta. Intentaron que no los viera y Aiden y Natalie pasaron por detrás de una furgoneta aprovechando que estaba allí aparcada, pero los dos amigos fueron pillados.

Entraron al salón de actos y se sentaron todos juntos, Aiden no hacía más que reírse con su amigo mientras el director hablaba.

Una vez terminó la charla, todos volvieron a sus clases. Aiden le dijo a Natalie que se sentara con él atrás del todo para la clase de matemáticas. Los dos estuvieron riendo toda la clase a lo que el profesor se molestó varias veces.

Ese mismo día, en clase de informatica, Aiden y Natalie se sentaban uno al lado del otro, pero se subió un compañero y Aiden se sentó en la silla de Natalie para molestarla. Cuando ésta llegó a su sitio se lo encontró ahí.

- ¿Que haces? Anda levántate y vete a tu sitio. - Dijo Natalie.

- No puedo, me quedo aquí. - Le miró desafiante mientras seguía sin moverse.

- O te quitas o me siento encima de ti. - Amenazó Natalie sonriendo.


Aiden no dijo nada y Natalie cogió en un impulso y se sentó encima de él. Ahí estuvieron durante toda la clase, les daba igual que hubiese más gente. Aiden la agarraba de la cintura mientras que Natalie seguía ahí como si nada. Las amigas de Natalie, incluida Valerie los miraban como si estuvieran haciendo algo malo o como si tuvieran celos.

Destino de BesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora