◖ F u t u r o ◗

◖Capítulo 4◗

— ¿Y bien?

Yuri comenzó a preguntar en una especie de tono burlón.

Dejaron el Abismo para llegar a la habitación del antiguo profesor. Siendo una carta del Imperio debería haber hablado primero de ella con Sethet y Flayn, sus manos derechas, pero al estar dirigida expresamente hacia él (y haber sido dada por el líder de un grupo de mercenarios) no sabía cómo tomarse aquello. Querría leerlo, mucho antes de contárselo a sus camaradas.

Al entrar en el viejo dormitorio el ex-profesor se dirigió a su escritorio. Movió la silla de madera, para estar en frente del ahora mercenario, quien se había sentado como si nada en el borde de la cama.

Abrió uno de los cajones de su escritorio, cogiendo de ahí el abrecartas que le regalaron justo después de entrar a formar parte de Garreg Mach. Incluso después de los años aún podía discernirse el símbolo que se encontraba grabado, el estandarte de la iglesia de Seiros.

Mientras, Yuri comenzó a observar la pequeña habitación. Puede que llevase tiempo (incluyendo el que pasó en la Academia de Oficiales) vigilando al otro hombre (más por curiosidad que por otra cosa) pero nunca entró en la habitación de este y, como pensaba, no tenía ningún ornamento en particular, típico de la personalidad del de ahora cabello verdoso.

Al ver que ya había abierto el sobre, preguntó — ¿Es Bernie?  — utilizó el apodo infantil que la propia chica utilizaba para referirse a si misma, aunque siguiendo con su tono burlesco — Nunca podré olvidar su cara cuando Petra y tú le dijisteis que la acompañara a Brigid — soltó una carcajada, riéndose de las reacciones de su vieja amiga. Puede que no hubiese estado presente, al no formar parte (oficialmente) del Ejército de la Resistencia, pero los gritos de pánico de la chica mientras corría hacia su habitación eran difíciles de ignorar.

Byleth intentó sonreír, recordando a dos de sus mejores alumnas. Las tropas del Imperio no sólo habían llegado hasta el Reino o la Alianza, si no que incluso habían amenazado a su antiguo vasallo, al enterarse de que Petra se encontraba ayudando a la Resistencia.

Habían partido hace casi semanas hacia Brigid, por lo que no sería raro pensar que la misiva venía de una de ellas, siendo todavía más factible que fuera Bernadetta quien la escribiera al la menor seguir teniendo problemas con la lengua fodlanesa.

Byleth comenzó a leer por encima, yendo rápido hacia la firma que finalizaba el escrito.

"Verónica".

Su mirada cambió por completo.

Cambió algo de su postura y su cara volvió a ser la seria de siempre. Leyó con atención cada una de las palabras que ahí aparecían.

« Buenas tardes, días o noches profesor, ya que no sé cuando le llegará esta carta. No sé que me costó más si comenzar a escribir o crear una ruta para que nadie de Adrestia la interceptara.

« En unas horas me dirigiré a la costa junto a uno de los grandes batallones al servicio de la emperatriz. Escoltaré a uno de los generales hasta ahí donde cogeran un navío en dirección a Brigid. Espero que en estas fechas Bernadetta y Petra se encuentren ya en Brigid, sé que ellas podrían ganar a cualquiera de los guardias, después de todo son tus alumnas.

« Dejando eso de lado, nuevas noticias llegaron al Imperio.

« Ayer se anunció la muerte del general Randolph. Byleth, el Imperio quiere venganza y ya sabe vuestra posición. Escuché que mandarían varios batallones a asediaros, e incluso se armarían junto a bestias demoníacas.

« Sé que podrán ganar, pero eso no hace que deje de preocuparme por ustedes.

« Lo último que debo decirte es difícil de expresar en palabras ya que ni yo misma me lo creo. Parece ser que el Ducado casi ha conquistado el territorio Galatea. Yo... No sé cómo poner esto en buenas palabras. Ingrid Brandl Galatea fue abatida. Flechas enemigas llegaron hasta ella y su pegaso.