Tiempos de pena.

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Le hable de mi. Aunque realmente no había mucho que contar, simplemente se podía decir que había tenido suerte durante mucho tiempo. Suerte en poder casarme con la chica que me gusto desde la primaria ,suerte en conseguir un buen trabajo, tenía una buena casa, amigos, lo que todo hombre hubiera deseado por así decirlo. En cambio su historia de vida era totalmente distinta a la mía parecía un contraste del blanco y negro.

Karen -No es que no haya mucho que contar sobre mi pero mi vida no era color de rosas y el echo de que haya terminado aquí es prueba de ello.

Nunca fui buena en nada, me dijo mientras le echábamos en vistazo por enésima vez a aquella vieja gasolinera para marcharnos hacia lo desconocido. Decidimos seguir avanzando ya que esas sombras que estuvieron en pena toda la noche daban mal augurio, nos dirigimos hacia el centro saltando entre pedazos de ciudad abandonada en busca de respuestas a preguntas que nos habíamos planteado nosotros mismos al no tener idea de en donde estábamos ni porqué. Pero por donde quiera que pasábamos solo nos encontrábamos con lugares desolados y sin vida, dentro de casa hueco podías ver esas sombras estáticas con los ojos abiertos y blancos y sin alma. Aún no tenía idea del por qué en la noche no nos dejaron dormir con sus voces tenebrosas y durante el día simplemente parecían maniquíes parados de adornos, como los que usan en los parques temáticos dentro de las casas embrujadas que al verlos aún sabiendo que son falsos te quedas con el presentimiento que en algún momento simplemente saltarán encima de ti.

Karen -Ya estoy cansada de simplemente estar caminando sin rumbo y solamente encontrar esas cosas tenebrosas.

Jeicko -Solo tenemos que ser pacientes y...

-¿Pacientes? ¿Como diablos quieres que no esté nerviosa e impaciente? Si donde quiera que nos movemos simplemente encontramos más de lo mismo. Todo esto parece sacado de los cuentos que se cuentan en la fogata para asustar a los niños. ¿Y me pides que sea paciente? Me dijo con un tono desesperado. Si solo supiera que en ese entonces solo trataba de hacerme el fuerte cuando por dentro me estaba muriendo por saber que carajos estaba pasando. Nos paramos en frente de lo que parecía una escuela para comer algo y descansar un poco las piernas por la caminata que nos habíamos pegado.
Mire hacia arriba y vi un destello de una luz incandescente que iluminó todo por unos segundos y desapareció y al hacerlo se escuchó un ruido a lo lejos como si algo grande y pesado cayera de golpe sobre la tierra.

Karen -¿Que diablos fue eso?

Jeicko -No tengo idea parecía un meteorito acercándose directo hacia nosotros y simplemente desapareció.

Karen -No creo que haya desaparecido del todo ¿No escuchaste ese ruido? Porque sonó como si un edificio se hubiera derrumbado de repente.

Jeicko -Sea lo que sea no callo muy lejos.

Así que decidimos salir a explorar para ver de qué se trataba esa cosa que apareció de la nada y que aparentemente cayó del cielo. Ya en ese punto no sabía si todo era fruto de mi imaginación o las cosas estaban pasando realmente. Mientras caminábamos se escuchaba un sonido como el que producen las turbinas de los aviones pero más agudo y tenue al mismo tiempo.

Jeicko -¿Escuchas eso?

Karen -Si lo escuchó pero no creo que haya caído un avión, porque no he visto ninguno en el cielo en todo este tiempo.

Jeicko -Solo lo descubriremos si nos acercamos a investigar.

Cuando estábamos llegando al lugar el sonido simplemente desapareció y volvió esa calma que reinaba en ese lugar inhóspito, pero mientras más nos acercábamos menos podía creer lo que mis ojos estaban viendo.

Estaba ahí parado al lado de Karen y mi cerebro estaba tratando de procesar que significa lo que mis ojos estaban viendo ya que era algo sumamente imposible. Un pedazo de ciudad había aparecido de la nada impactando lo que parecía un estadio de béisbol las gradas y parte del muro del estadio estaba totalmente destruido por la magnitud con la que fue aplastada al caerle todo eso encima.
Pude notar que entre todo el desastre resaltaba lo que parecía ser una casa medio desmoronada la recuerdo por el color verte luminiscente con el que estaba pintada, parecía que lo habían hecho apropósito para que se notara de lejos. Mientras era atraído por lo desconocido Karen me pregunto qué donde me dirigía con la mirada de iluso en mi cara como cuando vez a la chica que te gusta en traje de baño, reaccione de mi asombro y le dije que nos acercáramos para así poder tratar de averiguar qué estaba sucediendo en este lugar. Mientras tratábamos de cruzar por los escombros cómo podíamos escuchamos lo que parecía la voz de una persona quejándose por no se que cosa, y mi primera reacción fue apresurar el paso con la esperanza de que no sea una simple invención de mi cabeza al pasar tanto tiempo en aquel lugar.

Jeicko -¡¿Hay alguien ahí?!

Karen -¿Que haces? No tienes idea que puede salir de ahí.

Jeicko -Lo se pero puede que esa persona tenga alguna idea de lo que está sucediendo deberíamos acercarnos y averiguar qué sucede y quizás esa sea la única persona que tenga alguna idea de que es lo que sucede.

Karen -No sabes si vino aquí de la misma forma en que lo hicimos nosotros o peor aún que sea un habitante de este lugar, porque no se si lo notaste ayer pero no parecían muy amigables que digamos.

Jeicko -Por eso digo que deberíamos acercarnos porque quizás sepa cómo llegamos aquí ya que el suena consciente y cuando nosotros llegamos aquí fue cuando nos fuimos a dormir por lo que quizás llegamos en la noche pero aún es de día así que quizás pudo ver algo antes de llegar aquí, pero si resulta ser un habitante de este lugar también nos beneficiaría porque con los que nos topamos anoche no parecían tener la capacidad de comunicarse y en cambio este habla perfectamente.

Karen -Se a que te refieres solo digo que no deberíamos de ser tan confiados e ignorar el echo de que estamos en este lugar sea donde sea.

Jeicko -Tienes razón, pero aún así no vamos a ignorarlo quizás necesite ayuda.

Grite un par de veces con la intención de que alguien respondiera y con la esperanza de que no sea una de esas cosas de anoche, cuando ya nos íbamos a adentrar en la casa escuchamos una voz del exterior que nos dijo con todo algo desesperante (-No entren a ese lugar) exaltados nos miramos ambos antes de dar la vuelta y e contráenos con el.

Tenía una mirada tétrica como una persona que acaba de salir del infierno tenía una ropa militar y nos repitió ahora con un tono más triste -No entren ahí créanme que no quieren hacerlo.
Sin tener idea a qué se refería caminamos hasta donde se encontraba para saber porque quería desesperadamente que no entremos.
¿Qué pasó ahí adentro? Fue la primera palabra que salió de mi boca. A lo que el respondió primero hay que alejarse de este lugar y ponernos a salvo.

Esta bien. Le dije, mientras que Karen lo miraba con desconfianza en sus ojos.

Un mundo de sombras ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora