C A P Í T U L O D O S (Reescrito) .

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* Capítulo dos: Los nuevos. *

Jad: 18:19
Ok
Mía: 18:19
Vale.
¿Qué película?
Ai: 18:20
Ahora la elegimos en mi casa
Jad: 18:20
Vale, voy ya

Dejo el móvil apartado, y ellos siguen hablando, seguro que para discutir qué película ver. Me levanto para mirar en el armario lo que ponerme, lo abro y después de mirarlo un para de minutos refunfuño y me tiro en la cama. Resoplo.

—¡No tengo ropa! —grito desesperada—. ¡Liam! —grito para que me escuche.

Doy un par de vueltas en la cama cabreada y me levanto decidida a seguir mirando. Se asoma por la puerta y me tira unas camiseta.
—¡Toma anda! —dice.

Las cojo para mirarlas, una tiene el logo de Batman y otra de cuatro cartas de póker, escojo la de la de Batman, ya que es más larga y no necesito ponerme nada debajo. Me la pongo y veo lo grande que me está, como si fuera un vestido, cojo un cinturón negro muy ancho y me lo pongo por debajo del pecho y ablusono la camiseta un poco.
—¡Gracias...! —digo al ver como me queda el para mi vestido.

Me pinto y deshago el moño, para liberar mi pelo. Cojo el monedero, cierro la habitación con llave, y bajo las escaleras corriendo.

—Chao mamá.

Le doy un beso a mi madre y rodeo el sofá, para acercarme a Liam, me tiro encima de él y le doy un beso para despedirme.

—Gracias Liam.

—De nada, ya me lo devolverás —, me dice.

Saca una sonrisa medio macabra y hace el gesto de las manos del señor Burns.

Cojo las llaves, y salgo. Ando cinco pasos contados y toco ocho veces la puerta, para que sepan que soy yo. Me abre y abre los brazos.

—¡Ai! —digo.

—¡Ma! —grita.

Al ver su gesto soy yo quien se tira para darle un abrazo.

—¡Jad! —grito.

Me tiro encima de Jade que está en el sofá.

—¡Ma! —grita Jade abrazandome.

Aiden trae las palomitas, el helado y la nutella, se tira al sofá haciéndose un hueco entre nosotras, me entrega la nutella y una cuchara, a lo que le sonrio. Pone la película que hemos decidido poner después de media hora discutiendo y empezamos a comer. Cuando termina la película me doy cuenta de todas las posturas que he tomado durante ese tiempo.
—Amo la magia, sé que son efectos especiales, trampas, manipulaciones, trampillas, ases bajo la manga y alguna cosa más, pero la amo —, digo mirando a la pantalla.

—Tía, ¿cómo te has terminado la nutella? Estaba entera —, pregunta asombrada.

Me giro para verle la cara y le sonrio inocentemente.

—Parece que no me conozcas —, le contesto.

Le cojo el bote de las manos y le meto cereales de chocolate y la leche, cierro el bote y lo agito para que se mezcle todo. Me pongo frente a ellos y meto la cuchara en el bote.

—¿Y tus padres? —le pregunto a Aiden.

Me siento con ellos y le doy el bote a Jade.

—Gracias —, dice por lo bajo.

—Trabajando, no vuelven hasta mañana por la mañana temprano —, dice metiéndose una palomita en la boca.

—¿Mañana? ¿No volvían a las 9? —pregunto incorporándome en el sofá.

La chica de los besos. (Reescribiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora