#4: Young Power

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I

En un pueblo, al sur de Eria.-

Depod jugaba aburrido con su GameBoy, mientras Base hacia girar su lápiz. Ambos estaban esperando hacía mucho rato, y ya habían rellenado los puzzles de todos los periódicos del día. Una vez que Depod perdió por enésima vez, bajó su consola portátil, y le preguntó a su amigo.

—¿De verdad todavía no?

—Espera un poco, no debe tardar. Hace mucho rato que se fue, ya debería estar volviendo.

—Aaaarrrgg —masculló Depod, mientras se estiraba—. ¡Estoy muy aburrido! Voy a ir al baño.

—¡Espera! —dijo el otro, haciendo que Depod se quedara congelado mirándolo—. Ya apareció, está en su casa. Apúrate en el baño y vamos a verlo.

Unife, Eria.-

Duncan había salido de casa con Phil. Desde que su padre les permitió salir al mundo, ya que según él y el Agonizante no había peligro alguno, salían recurrentemente a jugar y a practicar con sus skates. Claro está que siempre tomaban calles escondidas, alejándose de las ventanas y cualquier cosa que reflejara. No sería para nada agradable que alguien notara el hecho de que Phil no poseía reflejo y por alguna estúpida idea, creyera que era un vampiro o un fantasma. A pesar de lo peligroso que pudiera ser caminar por esos lugares, los chicos siempre tenían como escapar.

Además, hoy era un día especial. Se presentaban por primera vez en su ciudad, Harry Daniels y Mary Baker, más conocidos como Riesgo y Adrenalina, héroes y expertos en deportes extremos. En algún momento se les cruzó por la mente que no deberían estar haciendo este tipo de presentaciones, si su ocupación era principalmente ser héroes, pero después recordaron que si Kao los dejaba salir al mundo, y el Agonizante decía que no había peligro, entonces no importaba si ellos cesaban sus funciones por un tiempo y se dedicaban a hacer lo que les gustaba.

Cuando llegaron al lugar, aparte del suspiro de alivio de Phil, al ver que no había espejos, lo primero que notaron fue que no había ni camiones, ni promotoras, ni lienzos ni nada de lo que normalmente se esperaría encontrar en un evento. Lo que no faltaba, eso sí, era la multitud, formada principalmente por jóvenes y niños. De pronto, de entre la multitud salieron dos personas muy arropadas en negro y con cascos de descenso, y subieron a las rampas. Uno llevaba una bicicleta a su lado, y el otro un skate. Dejaron sus cosas en el suelo, y se quitaron los gruesos polerones con cierres que les tapaban hasta el cuello, dejando ver, en el hombre –porque eran un hombre y una mujer– una camiseta roja con negro muy a la moda, coderas y guantes cortados; y en la mujer, una delgada cintura con un par de cadenas colgando que generó una estruendosa silbatina, y dejó a los niños boquiabiertos. Después, se quitaron el pantalón extra, dejando ver rodilleras, canilleras y zapatillas altas, y bajo eso, jeans a la moda y más cadenas en ambos.

Una vez liberados de sus ropas extra, Mary tomó la patineta, y Harry la bicicleta. Bajaron por la rampa, y al otro extremo se cruzaron en el aire. Cuando llegaron al extremo del que habían partido, volvieron a cruzarse haciendo un truco, e hicieron otro en la otra punta de la media tubería. Siguieron así un buen rato, hasta que el truco final fue un intercambio: él soltó la bicicleta después de un enorme salto, y ella la tomó luego de haber soltado el skate.

Ambos tomaron los implementos cambiados e hicieron un par de trucos más, y terminaron la presentación en medio de un ensordecedor y eufórico griterío. Los chicos esperarían hasta que tuvieran la oportunidad de verlos, de todos modos, alguna conexión tenían con héroes y defensores, así que era probable que pudieran hablar con sus ídolos deportivos. Mientras que eso sucedía, aplaudirían y se sumarían al estruendo de la multitud.

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⏰ Last updated: May 11, 2020 ⏰

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