Gabriel agreste decide que su hijo asista a la mejor Academia de Arte de París donde él es inversionista.
Debido a que Adrien Agreste es un completo desastre en el tema Gabriel solicita que el mejor alumno de esta lo asesore para que el se convierta...
Pasaron varias semanas desde aquel suceso, Adrien solo repetía la misma rutina todos los días y mientras se encontraba en la academia se dedicaba a molestar un poco a Nathaniel pues se sentía intrigado por la personalidad misteriosa y enigmática del pelirrojo de hermosas turquesa y su relación con Aryana, Adrien ya había empezado a crear obras de arte aunque no eran tan buenas como las de el pequeño tomatito, era una mañana brillante de otoño, el día parecía tan perfecto de manera que nadie pensaba lo que ocurriría después.
Hawkmoth: Vuela mi pequeño akuma y haz tu trabajo.
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Villano: Adelante Hawkmoth todos pagaran.
En la academia.
Aryana: Hola Nath buenos días –Dice en tono que denota melancolía-.
Nathaniel: Hola buenos días mi Stella, oye te tengo una sorpresa.
Aryana: ¿Enserio? ¿Qué es?
Nathaniel: Tranquila, cierra los ojos.
Aryana: Pero... pero... ¿Por qué? –Dice haciendo un pequeño berrinche-
Nathaniel: Vamos no arruines la sorpresa.
Aryana: Bueno está bien, solo porque tú me lo pides –Cierra los ojos- listo.
Nathaniel: No los vayas a abrir entendido.
Aryana: Esta bien pero date prisa.
Nathaniel: Okey, okey lista ábrelos.
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Aryana: ¿Esa soy yo?
Nathaniel: Si, ¿acaso no te gusto?
Aryana: No todo lo contrario me encanta, pero no me la creo te quedo fantástico.
Adrien: Ella tiene razón Nathaniel, te ha quedado hermoso.
