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El proxie regresa al bosque, ahora son las seis de la tarde, por lo que todavía es de día. Estando ahí, se sienta debajo de un árbol, mirando la extensa naturaleza.

¿Cuánto tiempo ha pasado ya?
No lo sabe, esta muy confundido.

- Hola, Daniel - lo saluda, aquella voz femenina que fue la primer persona en resibirlo. Se sienta a su lado - ¿Cómo estás hoy?

- Deja de fingir que te importa - le dice, sacando de su mochila un cuaderno.

- No necesito fingir, no ahora... - mira que Daniel comienza a escribir con temblor en aquel cuaderno negro - ¿Qué tanto escribes?

- ¿No lo sabes? Es mi registro.

- ¿Sobre?

- ¡¿Puedes dejarme solo?! - se desespera.

- Nunca estamos solos. Pensé que ya sabías eso - se pone de pie para irse - espero que entiendas que sólo trato de ser amable contigo, sé lo que se siente ser un nováto. Desde ya te digo que te conviene terme de amiga que de enemiga - le termina de decir y se va.

Daniel suspira y continúa escribiendo en su cuaderno.

"La silueta en la ventana"
"Las sombras de la habitación"
"Las luces del cielo, formando espirales"
"Quizás sólo tenga un problema ocular o mental"

Son una de las cosas que escribe.

Al finalizar con la escritura, saca una cámara y la coloca en el piso, apuntando a uno de los áboles más altos del frente.

- Lo que quieres que haga - dice, con la voz algo pesada.

Cuando la noche empieza a caer, Daniel se pone de pie. Se va, dejando la cámara ahí encendida, oculta bajo las hojas caidas de los árboles.

Más tarde, regresa arrastrando a una persona. El sonido se distorciona en la grabación. Golpea a la persona, es una chica.
El ser alto sin rostro y de traje, aparece justo entre los árboles, cada vez se acerca más a la escena. La chica continúa gritando. Daniel hace que se coloque de rodillas y le apunta en la cabeza con una pistola. Mira a Slenderman, para decidir dispararle y así lo hace.
Finalmente, Daniel comienza a toser, por lo que se arrodilla en el piso y se quita el pasamontañas. Slenderman ladea su cabeza hacia un costado y desaparece, llevandose la estática consigo, así como el cuerpo de la difunta mujer.

El proxie sigue tosiendo, en lo que se acerca a la cámara. Su rostro está pálido y de su nariz y boca le sale sangre. Finaliza así la grabación.

- Vaya, esta vez si que te luciste - le dice la proxie de siempre. Al verlo temblando y desangrandose en el piso, decide ayudarlo. Lo ayuda a ponerse de pie, en lo que con un pañuelo lo ayuda con la sangre. Lo sienta bajo el mismo árbol en el que estaba cuando llegó. Ella saca de su mochila una manta y lo tapa, ya que él está temblando - Te pondrás bien - le dice ella.

- ¿Por qué haces esto por mí? - le pregunta Daniel.

- Porque lo necesitas.

- ¿Por qué te importo?

- Porque eres mi compañero en esto.

- Pero a los demás ni siquiera les importo.

- Bueno, problema de ellos.

- No lo sé, pero siento que te conozco.

- No es así. Ya deja de hablar tanto y trata de descansar.

- Okey.

A la mañana siguiente, Daniel despierta estando en la cama de su casa. Es extraño, pero sabe que nada de eso fue una pesadilla, sobre todo porque sigue teniendo sangre en sus manos.









O.D.H.A.B.E.M.I.S. (Slender Proxies)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora