제 23 장

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Narra Jinyoung.

Grato era el hombre que podía dormir en paz sin estar preocupado de que un asesino entrara por la puerta o saltara la ventana.

Ya pasaron dos semanas de pura presión, tenía los hombros duros de tanta preocupación y más la cabeza que a iba al exterior del mundo y regresaba cuando se le apetecía.

Cerré los ojos y apoyé los codos sobre mis piernas. Ya tenía a veintiún guardias en total y aún así yo creía que no eran suficientes.

Luego de la boda y la aparición de Bora... todo había cambiado.

Cerré los ojos y sólo llamé a los guardias.

Ellos me habían declarado la guerra y yo se las daría sin importar nada. Porque conmigo y mi familia nadie se metería jamás.

Rubí baja las escaleras y me sonríe, no pude evitar devolverle la sonrisa. Se acerca hasta mí y me abraza. Brindándome un cálido y fuerte abrazo.

ㅡ Buenos días princesa.ㅡ beso su mejilla.

ㅡ ¿Haz descansado?.ㅡ pregunta coqueta a lo que sonrío en respuesta mientras asentía.

ㅡ ¿Quieres desayunar?.ㅡ pregunto señalando la taza de té helado recién hecha.

Nora era muy responsable en su trabajo por lo cual agradecía su existencia.

Rubí toma el asiento alado mío y come la tostada, en breve su desayuno. Las tostadas con mermelada eran su favorito por eso se lo había pedido a Nora que la preparara. Fijo la hora y ya eran las nueve y media de la mañana.

ㅡ Olvidé mi celular arriba.ㅡ dijo con una risa aniñada para luego levantarse y subir las escaleras. Ella era bastante despistada, se lo había olvidado arriba.

Traía unos jeans negros con una camisa blanca, muy bella como de costumbre.

Giré mi cabeza hacia los guardias y uno de ellos, el que estaba en la ventana sólo me miraba y sonreía... ¿Qué le ocurría? Le hice un gesto con la mano y luego sonreí con una mueca falsa y puse mi vista en mi arma.

Había comprado varias pistolas, no quería tener en casa por miedo a usarla, pero si atentaban por la vida e mi esposa no me quedaría de otra que disparar. A Rubí no le gustaban, tampoco a mi, pero qué podíamos hacer.

Divisé mi arma rusa y no quité mi vista de encima... algo me decía que debía tomarla. Entonces, así lo hice sigiloso camine hacia ella, no mucho porque estaba en el mueble frente a los sillones del living, y la cubrí con mi remera entre mis boxers y el jean gracias a dios llevaba mi campera de cuerina. Luego fui a la cocina en busca de un vaso de agua. Estaba nervioso por cargar la pistola, pero mi mente y mi corazón me daban el palpito de cargarla hoy. Dejé el vaso en la mesada y esperé a que Rubí bajara de la habitación, pero no lo hizo. Divide la hora nuevamente y ya habían pasado unos diez minutos o más eran las nueve y cincuenta y dos.

Mi corazón comenzó a acelerarse y no podía mantener mis ojos abiertos ya que si lo hacía mis ojos se llenarían de lágrimas. 

Marqué su número y le llamé, tal vez estaba alucinando.

No me contestaba, ni siquiera leía mis mensajes. ¿Acaso ella está bien?

En mi mente me venían un montón de cosas y comenzaba a alucinar.

Llamé a los guardias con sólo presionar un botón y ya estaban todos en la puerta de mi habitación, incluyéndome.

ㅡ ¿Rubí?.ㅡ la llamo dando unos golpes suaves.

Actuaría si fuese necesario. Entonces pude discernir lo que ocurría dentro... había alguien y ella no estaba bien.

No oía nada en respuesta. Eso me dejaba aún más loco. Di un golpe y abrí la puerta.
Estaba ella, amarrada sobre el respaldo de la cama de pies a cabeza

Su labio inferior estaba sangrando y esa fue la gota de agua que derramó el vaso.

Me acerqué a ella rápidamente y la desate, no entendía como alguien tan inhumano podía hacerle eso. La liberé y lo primero que hice fue abrazarla. No tendría que haberle pasado nada y todo era mi culpa por haberle dejado sola.

Los guardias seguían revisando cada parte de la habitación y no había rastro a nada.

Sólo diez minutos estuvo aquí y la maniataron como quisieron. Sus ojos cafés miraban a cualquier lado de la habitación y mi corazón dio un vuelco. Me arrepentía una y mil veces de haberla dejado subir sola.

Pero alguien debía pagarme este hecho, nada se quedaría así como estaba... alguien era el culpable de todo esto.

Miré a Goo Yoo y caminé hacia él veloz.

ㅡ Necesito que encuentres al culpable.ㅡ dije duro. ㅡ¿Me haz oído? Necesito la cabeza del delincuente. Ahora mismo.ㅡ grité y lo vi desaparecer de la habitación.

Nos quedamos los dos juntos en aquella habitación, ya no sabíamos si era seguro este lugar... miles de pensamientos negativos se volvieron a presentar y lo único que quería hacer era, encontrar a aquella persona y derrotarlo. Porque si no lo hacía, ellos nos devorarían.

Marqué desde mi celular a la doctora de la familia Park y obtuve una respuesta satisfactoria. Sólo quedaba esperar a que llegara.

ㅡ ¿Estás bien?.ㅡ pregunté alzando su rostro.

Ella estaba rota, y podía notarlo porque ni siquiera podía hablar. Sus manos temblaban tanto que con cada roce y contacto que tenía sobre ella, sólo se exaltaba del miedo.

ㅡ Soy yo... Jinyoung.ㅡ dije para luego besar su cabeza y abrazarla. Dejé caer algunas lágrimas y las limpié rápidamente cuando llegó la doctora Kim.

ㅡ Señor Park.ㅡ me saluda desde lejos.

En su mano trae un maletín y supuse que era el botiquín de primeros auxilios. Me pide una muda de ropa para Rubí y me acerco a el armario donde busco una ropa holgada y cómoda para ella.

Una vez que la señorita Kim saliera por la puerta luego de haber terminado su trabajo, nos quedamos solos nuevamente... Rubí estaba dormida en la cama, me acerqué a ella y me recosté a su lado. La claridad de la luz del Sol se podía ver a través de las cortinas y supuse que eran alrededor de las cinco o seis de la tarde.

Una vez alado de Rubí, coloco uno de mis brazos debajo de su cabeza y la atraigo cuidadosamente hacia mi cuerpo donde la cubro con la manta y la abrazo. Se quejó un poco gimiendo levemente y luego ya no lo hizo. Abrió sus ojos de repente y posó sus vista en la mía formando un choque de miradas profundas.

ㅡ Jinyoung...ㅡ dijo somnolienta.ㅡ ¿Cómo estás?.ㅡ preguntó de repente con una sonrisa en los labios.

No podía creer como ella seguía así de poderosa.

ㅡ Eso debería de preguntarte yo a ti.ㅡ dije molesto.

Hizo morros con sus labios y habló.

ㅡ Te lo pregunto porque estuviste cuidándome todo el día. No te enojes cielo.ㅡ dijo acariciando mi mejilla.

En sus ojos podía notar un brillo especial y ellos sólo me miraban a mi. Sonríe nuevamente y se acerca centímetros a mí. Su mano seguía en mi mejilla entonces baja hacia mi barbilla y me planta un beso en los labios.

ㅡ Me encantas.ㅡ dijo mordiéndose el labio inferior.ㅡ Eres muy importante para mi.ㅡ susurró en mis labios y volvió a besarme.

Pero este beso era más duradero y ella lo había comenzado. Aparte, sus declaraciones me habían dejado anonadado y sólo quería disfrutar del amor de mi vida. Tal como debía de hacerlo a partir de nuestra boda.

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Annyeonghaseyo~~~
¿COMO ESTÁN? LAS AMOOOOOOOOOOOOOOO💚

Casada con un mayor✎Jinyoung  [got7]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora