JJProject [JJP/GOT7]

🌸Soñar no cuesta nada🌸

—Jinyounggie soñar no cuesta nada.

Se repitió el pelinegro antes de tomar por el cuello a su amigo y estampar su boca contra la del mayor.

Los movimientos eran lentos para Jinyoung, saboreando los labios sabor a menta, recorriendo con su lengua la boca cerrada para poder apreciar la textura suave que estos mantenían. Sus manos seguían en el cuello contrario sólo que ahora jugaban con los cabellos rosas del mayor. Por otro lado, Jaebeom sentía que aquello era una tortura; decidió tomar con fuerza la cintura del omega y abrió su boca para permitir que el más joven jugará dentro de su cavidad bucal.

Luego de un rato besándose Jaebeom decidió terminar el contacto uniendo su frente con la del omega que lo miraba sonrojado.

Las manos del alfa jugaron con las mejillas del joven.

Jinyoung sin duda era muy testarudo. Al conocer a Lim sintió que su corazón latía al mil, que algo dentro de él explotaba en felicidad; pero que a su lobo no hacia feliz.

Jaebeom era un alfa, el protector perfecto para un bello omega como lo era el hijo de el dueño de JYP Entertainment. A lo largo de la pubertad e inicio de adolescencia de los dos jóvenes la convivencia había hecho un lazo indestructible en ambos.

Ninguno mentiría al decir que habían nacido sentimientos en ambos corazones humanos; bastaba con que Jinyoung tomará la mano de Jaebeom al ver una película de terror para que el mayor sintiera que la jaula de animales se liberaba, bastaba con que Lim cocinará esa espléndida sopa de fideos para que el corazón del otro se sintiera calientito. Sin embargo sus lobos no estaban felices. A veces el lobo de Jinyoung liberaba su olor a dulces de lima y naranja de modo a qué el alfa se alejara, pero eso jamás sucedía porque Jaebeom había aprendido a vivir con eso.

Sabían que jamás podrían estar juntos al no estar destinados.

Cuando las clases retomaron el curso dos alumnos de intercambio habían llegado a Goyang; Mark, un alfa de descendencia taiwanesa, con un olor a menta y chocolate amargo que al llegar a las fosas nasales del más joven lo habían hecho flaquear internamente, su destinado; Jaebeom había sentido la misma sensación al notar un fresco aroma a canela de una omega de intercambio, sino mal recordaba se llamaba Suzy.

Aunque por dentro sus lobos chillaban felices por tener a sus parejas cerca de ellos las miradas de miedo surcaron en sus ojos, pues sabían que tan pronto los conocieran el comenzar a cortejarlos sería inevitable.

Mark era amable y dulce con el pelinegro, tratándolo como el príncipe que era.

Suzy había comenzado un cortejo sútil que empezaba a derribar las paredes del mayor.

Pero había algo que ellos dos no habían logrado y eso era enamorarlos hasta los tuétanos. Porque si había algo que ambos habían aprendido a controlar eran a sus lobos.

Sus madres les habían enseñado sobre los destinados y sus roles en la sociedad. Obviamente ellos jamás de apegaron a lo que un alfa y un omega debían ser, sin importar las miradas de las personas ellos eran felices jugando con el rol del omega rebelde y el alfa sumiso. Entonces si podían manejar a la sociedad ¿Por qué no a ellos mismos?

Fue así como ahora estaban en es situación. Besándose, importando poco los chillidos y las voces internas.

Porque jugar con el destino de vez en cuando era bueno, y mucho más si era para luchar por su felicidad.

Soñar no costaba nada, bueno, ahora ellos vivirían dentro de ese sueño.