Capítulo 9:"Los Vetus"

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-¿Qué pasa?, Isabella me escuchas, por favor háblame- Era inútil me encontraba perdido, pero no desorientado, si no perdido en algún espacio-tiempo- Mierda no sólo me pierdo en el mundo, también en el tiempo, esto es genial- Dije y justo después escuché una risita burlona detrás de mi.

-Jajajaja, que tonto, nosotros te llamamos pequeño- Era una voz infantil, de un niño pequeño, me volteo para ver de quien se trata.

-Espera, tú eres- No lo podía creer frente a mi se encontraba él.

-Hola, perdón por asustarte el otro día, es que me quería asegurar de que se trataba de ti, Alexander Cleiner, el hijo de Víctor Cleiner- Dijo la infantil presencia, antes de desvanecerse en el aire.

-¿Qué está pasando?, esto es real- Miraba en todas direcciones pero era evidente, nadie además de mi se encontraba ahí- ¿Por qué me tienen que pasar estas cosas a mi?, a mi vecino también le gustaria vivir aventuras- Alegaba contra el aire, que maduro soy.

Miraba asustado, grité un par de veces a mi madre, pero nada, volteaba de un lado a otro el cuerpo buscando cualquier movimiento, pero fue en vano, la presencia que se  había aparecido ya no se encontraba aquí.

-Él era Ventus, el chico que vi el otro día en el gimnasio, madre tú me dijiste que estos seres no se le muestran a cualquiera. Rayos, maldita sea, mierda- Gritaba, aunque parecía más un berrinche de bebé.

Y así habría seguido toooodo el día (Creanme podría hacerlo), de no ser que me percaté que de las seis estatuas de piedra, muy normales que había visto antes, ahora tenían una piedra preciosa colocada quirúrgicamente en el centro, por curiosidad decidí ir una por una  revisandolas para asegurarme de no estar aún más loco de lo que estoy.

"Cada estatua tenía un pequeño cartel debajo para saber de quien se trataba (Aunque con sólo ver que una llama es Ignias, una gota es  Aqua, y etc, ya lo sabrías pero es un buen detalle), empecé mi recorrido por la más cercana.

IGNIS: La primera piedra, era un Rubí que flotaba justo en el centro iluminando alrededor, mostrando la fuerza del fuego, pero la belleza que conlleva esa destrucción.

AQUA: Decía la segunda, que tenía un Zafiro que si lo mirabas fijamente parecía estar sereno, con leves movimientos como la marea, sin dejar de relajar al que la viera, pero sin dejar de preocupar su poder.

TERRA: Era la tercera, su piedra era una Esmeralda más verde que cualquiera, que te demostraba lo salvaje y peligroso que era el mundo, pero a la vez lo hermoso que podía ser.

TENEBRIS: Era el siguiente, este mantenía un Azabache en el centro, que parecía agrandar y achicar, demostrando que la oscuridad dentro de uno no es lineal que esta crece y se desarrolla como puede achicar y desaparecer casi por completo, pero siempre seguirá ahí.

LUX: Esta tenía una perla inmensa, que parecía reflejar cada cosa que se le acercarse pero también, disminuir tu figura, demostrando que las almas son frágiles y fáciles de leer, que demuestran tu verdad, aunque creas en algo totalmente diferente.
VENTUS: Era la última, este mantenía un diamante que era inquieto, y me permitía ver a través de él pero en muchas pequeñas ventanas, que demostraban que el aire te acompaña, siendo inquieto,  creando desastres, pero también ayudando a ver el más alla de diferentes maneras.

Era una vista hermosa, las seis piedras parecían danzar cada una a su manera, pero no me había percatado que en el centro, justo sobre el altar con el que había chocado, se encontraba una última piedra, me acerqué a esta para diferenciarla, era raro ahora el altar mantenía un letrero creado de diversos colores.

Era Vital:"La séptima alma" [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora