Capitulo 3: "La casa del lago"

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Me levante temprano y  salí de casa. Iba caminando por las calles del pueblo, soplaba un frio viento, por suerte me abrigue bien.  Fui a comprar a la cafetería  té helado de menta y unas medialunas, todo para llevar, pague y me fui, me sorprendió la cantidad de gente que me saludo por mi nombre, bueno no tantos, solo cinco personas, pero para el poco tiempo y trato que tuve con la gente de acá me sorprendió, creo que los chismes acá corren como el viento.

Estoy caminando por las veredas de la penúltima cuadra del pueblo y me encuentro con la misma anciana de la cafetería de ayer.

Xx: Hola ____-me sonrió

Tu: Hola, emm disculpe pero como sabe mi nombre?

Xx: Oh todo el pueblo sabe tu nombre-se encoje de hombros- es un pueblecillo pequeño y las noticias nuevas corren rápido-dijo en todo de disculpa-por cierto mi nombre es Estefanía

Tu: un gusto Estefanía-le sonrió- bueno me tengo que ir , adiós

Estefanía: te vas fuera del pueblo niña?

Tu: si, como lo supo?

Estefanía: bueno, porque estas en los límites del pueblo-dijo medio riendo por lo obvio de la respuesta- adiós____ yo también me voy, cuídate si vas a la Casa del señor Tomo –y sin más se fue.

Seguí mi camino, pensando en  cómo corren las noticias aquí, solo hace una semana que estoy aquí y todos me conocen y yo no a ellos. Absorta en mis pensamientos no me di cuenta que ya estaba cerca del lago, camine hasta el muelle para ver si estaba el pequeño barco, pero no esta, miro el lago y un padre y su hijo pequeño lo utilizaban para pescar, no sabía que acá se pudiera pescar, aunque naturalmente en un lago hay peces. Busque el sendero que había mencionado Estefanía ayer en la cafetería, lo encontré,  era bastante claro como para seguirlo hasta de noche.

Cuando termine el sendero solo quedaban unos pocos metros, quizás cuatro o un poco más, de la casa. Me quede asombrada viéndola… es grande, linda pero descuidada y tiene un aire tenebroso.

La casa se impone entre toda la vegetación, es de dos pisos, a escasos metros del lago, está rodeada de arboles  hermosos y llenos de vida al contrario de la casa, que parece abandonada.

Me arme de valor y camine los pocos metros que me quedaban, cuando estuve al frente de la casa sentí que me miraban fijo y un escalofrió sacudió mi espalda. Subí los escalones hasta el porche y toque la puerta tres veces, espere y nadie me abrió, toque tres veces más y se escucho un ruido al otro lado de la puerta, pero nadie me abrió. Yo de verdad necesito un lugar donde vivir, no quiero molestar a Sara y su novio, toco tres veces, espero, nada… toco tres veces, cuatro, cinco y no me atienden, esto me exaspera se que alguien está adentro, escuche un ruido.  Respiro hondo y cierro los ojos “Paciencia…necesitas una habitación” , me repito una y otra vez, dejo que pasen unos minutos para que parezca que me marche, pasan diez minutos y toco tres veces de nuevo, a diferencia de las otras veces, la puerta se abrió.  

Mi otra Realidad [Tomo Milicevic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora