Capitulo 13:

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Creo que le caí mal a la vieja limón, pero eso se gana por buscarme pelea. Iba camino a la salida, pero al frente del edificio me alcanzó Eloy con su cara de idiota.

—¡¿Que fue eso?!—Susurro por lo bajo y jalándome hacia un árbol.

—¡Quítate!—Me solté de su agarre— Que de que—Conteste indiferente.

—¡¿Como que "que"?!—Hizo las comillas en el aire— Tu pelea en clase de la maestra Silvita—Golpeó mi hombro.

—No se quien es Silvita, y no me importa, no te metas en lo que no te llaman—Me iba a ir pero el me volvió a jalar.

—Silvita es la maestra que te regaño por llegar tarde—Se cruzó de brazos—¡¿No pudiste pasar tu primer día sin causar problemas?!

—Los regaños déjaselos a mi mamá—Lo golpee en el hombro de mala manera— Tu que no eres nada mío mejor metete en lo tuyo, si yo me quiero pelear me peleo, a ti que mas te da, así que si yo me quiero pelear con la vieja de francés, tú te aguantas y te callas. Entiendes o te lo explico más lento—Nos quedamos en silencio unos segundos.

—Que mala manera de referirte a tus mayores—Cambio de tema repentinamente—No te parece una falta de respeto hablar así de alguien—Rodee los ojos.

—Enfócate Eloy, dije que si me entendiste

—Haz lo que quieras—Refunfuñó—Solo no me arrastres a tus problemas ¿Quieres?

—Quiris—Lo imite mofándome de el— Nadie te está metiendo en ningún problema, repito, métete en dónde te llamen.

—Lo único que hago es preocuparme por ti, pero tú lo haces todo muy difícil—Fruncí el ceño.

—No necesito que me cuides, soy bastante grandecito para poder ocuparme de mi vida

—Me preocupo como tú hermano—Lo interrumpí.

—Hermanastro—Abogue—Que no se te olvide—Fruncí el ceño—Yo no soy nada tuyo—Le di la espalda y me fui del lugar, como odio a ese idiota, que se meta en lo suyo, por que me regaña mi hermanastro, que odioso.

Mientras caminaba a la salida de este inmenso colegio me encontré a "jugador de básquet" y a "dueño de gimnasio" con los que me había sentado en receso. Me saludaron a lo lejos y yo regrese el saludo, se aproximaron hacia mi y me acompañaron a la salida entre risas y bromas.

Cuando llegue a la salida rápidamente pude visualizar a mi mamá en su carro estacionada en una cochera y maquillándose.

Me despedí de mis ahora nuevos amigos y corrí hasta el carro de mi mamá. Me subí a él sin previo aviso en el asiento del copiloto y ella me miró extrañada.

—¿Y tu hermano?—Preguntó yo fruncí el ceño.

—Hermanastro—Aclare—Además, todavía no te casas con su papá, no te atribuyas derechos—Dejó de maquillarse para mirarme con odio y reproche.

—Bueno donde esta—Dijo cortante, en ese momento recordé que lo dejé atrás cuando salí del salón.

—No se—No mentí, no creo que siga donde mismo—No soy su niñera—Mi mamá suspiró—Má—Dije

—Qué—Dijo sin sacar la mirada del espejo del carro y continuando con su menjurje en la cara.

—Ya me quiero ir—Dije con flojera.

En ese preciso momento llegó Eloy tranquilamente, tocó 2 veces a la ventana y se subió a los asientos de atrás.

Mi mamá dejó sus cosas de maquillaje para hacerle una conversación.

—Hola Eloy—Dijo entre sonrisas—¿Cómo te fue en la escuela?

—Bien—Respondió Eloy amable—Aunque Joel se peleó con la profesora de francés

Abrí grandes los ojos, no puedo creer que me haya exhibido frente a mi mamá, dirigí la vista a mi mamá y ella estaba notoriamente enojada.

—¡OTRA VEZ!—Pellizco mi brazo—¡YO PENSÉ QUE DEJARÍAS DE HACER TUS ESTUPIDECES SI TE CAMBIABA A UNA ESCUELA PRIVADA!

—¡AU! ¡Yo no lo inicie! ¡Ella me regaña sin razón!—Mi mamá me golpeó la nuca.

—¡Los profesores no regañan por nada!—gritó. 

El camino a casa se fue dando entre discusiones y golpes propiciados por parte de mi mamá, estupido Eloy y su bocota, ¡¿Tenía que decirle a la fiera?!

Llegamos a casa y mi mamá seguía gritándome.

—¡Y estás castigado!—gritó azotando la puerta del carro y dirigiéndose enfurecida a la puerta principal de la casa.

—¡Ya estoy castigado!—Respondí.

—¡Pues más castigado! ¡Dame tu celular!—Extendió su mano y con la otra buscaba las llaves de la casa en su bolso.

—Me quitaste el celular en la mañana—Respondí con obviedad.

—¿Ah si?—Se quedó pensativa—¡Pues no puedes salir a ningún lugar!—Me miró triunfante.

—Ya tengo ese castigo desde que llegamos aquí, te acuerdas cuando me escape con la abuela y me castigaste

—Oh... Cierto—Se quedó pensando un momento—¡Pues duermes en el patio! ¿Ese no lo tienes no? ¡Felicidades! Haz desbloqueado un nuevo castigo.

—¡Genial!—Grite emocionado— ¡Voy a hacer un campamento!—Abrace a mi mamá para hacerla enfurecer—¡Gracias mami! Yo siempre quise hacer un campamento. ¡Y mucho mejor! No voy a tener que aguantarlo a él—Apunte a Eloy que nos miraba neutro desde que empezamos a discutir.

—Pues que bueno que te guste mi castigo mi amor—Sonrió complacida— Tu castigo empieza a partir de la noche.

—¡Genial!—Grite emocionado, Mi mamá apretó los dientes y abrió la puerta principal.

Todos nos metimos a la casa, mi mamá saludó amorosamente al señor, fue a la cocina para servir de comer.

Repartió platos y me volvió a correr de la mesa antes de sentarme. Me salí a la entrada y en las escaleras empezó a comer.

Ya me gusta comer afuera, es fresco y silencioso, y no tengo que aguantar tanto a mi familia adoptiva.

Estaba comiendo tranquilamente hasta que

—¿Joel?—Escuche mi nombre en la banqueta de la calle, levante la vista y

—¿Dulce?

Estúpido hermano mayorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora